La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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28/5/07

Una tarde, ventosa, de domingo.

Huyendo de la amenaza del viento del Cabo, he recalado esta tarde en el refugio de mi faro. Tras la calma agradecida que me ofrece la protección de las cristaleras, adormecido por la música de Luz Casal –y no me importa nada.... - me entretengo mirando, admirando, el mar embravecido y las palmeras agitándose hacia el levante.
A unas dos millas del faro un velero se afana en doblar el Cabo. Tiene unos 9 metros de eslora y navega a motor, recogido el velamen. La mar, a poniente, es tan gruesa que en ocasiones desaparece de mi vista el único palo. No creo que lo consiga. Yo cambiaria el rumbo 180 grados, volvería sobre mis pasos y me refugiaría en el cercano puerto de San José. Me da por pensar que su patrón debe llevar las rodillas machacadas por las caricias del vendaval y las manos doloridas intentando mantener en su sitio el timón. Pero seguro que él sabe bastante más de temporales y de mares que yo. Y si no, espero que tenga mano con la Virgen del Carmen.
He abierto esta ventana para contarles lo que veía e invitarles a un capuchino como el que tengo en la mano, tan agradable de olor como de sabor. El sol está bajando apresuradamente hacia el oeste.
Yo seguiré con mi mano en su cintura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Como demonios pretende enganchar al lector, si desperdicia todo el primer párrafo sin echar un sólo cabo al que agarrarse para seguir? El único Cabo que hay no cuenta.