La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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20/5/08

Los Pirineos.

pirineos

Carne con tomate, carne al ajillo, conejo, costilla, alitas de pollo, lomo, tocineta, hamburguesa, ajo blanco, orza, arroz, migas, salmonetes, jureles, gambas, cigalitas, jibia en salsa, jibia a la plancha, caracola, chopitos, chipirones, calamares, ensaladas varias, cherigans de todo, jamón, queso, mojama, pulpo espeluznao, pulpo a la gallega, pulpo a la marinera, pulpo, pescao de la barca, pollitos, almejas, aceitunas verdes, colorás, aceitunas, tapa de la casa y las que se me olvidan.
Tapas que son platos, y platos que te cobran al precio de la cerveza, te la comas o no. Que te la comes, claro.
¿Entienden sus mercedes porqué en Almería se come en los bares?.
Los Pirineos no están en Andorra. Y Rioja no está en el norte. Rioja está en Almería y Los Pirineos están en Rioja.
Y en Los Pirineos, se tapea de puta madre. Por eso es un establecimiento recomendado por la Guía Tarugo’s.
No hace muchos años la N-340 pasaba por la puerta de Los Pirineos. Ahora también pasa, pero ya no se llama –ni es- N-340. Era un bar de carretera, y siempre estaba lleno. Luego vino la circunvalación, la soledad absoluta, la barra vacía de clientes. Pero a grandes males grandes remedios, debió pensar Maruja.
Llenó su cocina y su barra de tapas exquisitas. Exquisitas y abundantes. Y Los Pirineos se volvieron a llenar de clientes a mediodía y a la hora de cenar. No hacen falta circunvalaciones para comer bien. Eso sí, absténganse delicados y pijos con y sin titulación; aquí los cinco tenedores suelen sustituirse por los cinco dedos.
Además, por si no hubieran acumulado méritos suficientes, son del Madrid, como atestiguan las banderas que cuelgan de sus paredes, y los goles se cantan entre pi
nchito de chipirón y chupetón de cabeza gambuna.
Lo único que se echa en falta, para ser un tugurio 10, es un apartaillo donde poder dormir la siesta con la camarera. Pero no ha lugar. No ha lugar de ninguna de las maneras. Así que para dormir la siesta habrá su merced de marchar a casa o hacerla debajo del puente. Del afamado puente de Rioja, antaño cruz e infierno de los automovilistas que llegaban o se iban de este precioso culo del mundo.
Si viene a verme, recuérdeme que le de un paseo por Los Pirineos.
Paga usté, claro.

12/5/08

Juanma Trueba.

Enganchado a la lectura por seguir en la niñez las aventuras de Tintín, el Capitán Trueno y Roberto Alcázar, un día no muy lejano soñé poder expresarme en el papel no ya como Cervantes o Lope, ni siquiera como Cela, sino alguien bastante más cercano como el Pérez-Reverte, con quien hubiera guerreado en Flandes o buscado pecios frente a las costas de Cartagena.
Pasado el tiempo, las páginas y los libros, bastante desilusionado con ladrillos como El pintor de batallas o Un día de cólera, ladrillos pese a la crítica babosa, amable, partidista y untada, bodrios perpetrados con la impunidad y alevosía que dan el estar sentado en el sillón T mayúscula de la Real Academia, me perdí en las páginas de un diario deportivo y allí encontré, de sopetón, al tal Juanma Trueba.
Y a día de hoy, el Trueba, que no se sienta en ningún sillón aterciopelado, sino en una raída silla de la redacción del diario As, es mi escritor favorito.
Porque cada lunes, con su crónica sobre lo que hizo el Madrid, convierte un partido de fútbol en una batalla épica, un crisol de emociones, un chaparrón de sensaciones, risas y lágrimas, angustias y alegrías, triunfos y fracasos... la vida misma.
El Madrid debería hacerlo socio honorario.
Y yo se lo recomiendo a sus mercedes. Puede que no les guste el fútbol, pero seguro que reconocen los talentos. Y este lo es.
Hasta que lo sienten en la RAE... si es que lo sientan.

8/5/08

El árbol que cobija mi nido.

Uno, que creció sin gentilicio por aquello del desarraigo, el nomadismo y el rechazo a pagar tributo de reconocimiento a quien le ofrecía cama, comida y asiento a la lumbre.
Uno, que vivió su juventud sin pueblo, sin peña, quinta, colega ni perrito que le ladrara.
Uno, que traspasada con creces la frontera de la juventud y ya en los umbrales de la vejez sin haber madurado lo bastante, echa la vista atrás cada vez con más frecuencia, porque cada vez es menos lo que queda por delante.
Uno, se ve en la necesidad de estimar en lo que vale, y si fuese menester sobreestimar, el hecho nada infrecuente de pertenecer al club de los que se vieron en la necesidad de acogerse bajo el techo de quien le abrió las puertas sin exigirle pasaporte, referencias, visa en la cartera ni, lo que es más importante, gratitud de por vida.
Es por eso que, sin olvidar otros cariños –que nunca son bastantes y siempre agradecidos-, escogí este árbol para cobijar mi nido.

el nido

Y uno, que se reconoce poseído por el irrefrenable vicio de contar más cosas de las que debiera, a ser posible juntando letras con mejor o peor estilo, inmoralidad que le ha ocasionado innumerables disgustos y quebrantos... y lo que te rondaré morena, comparece pertinaz a referir lo a gusto que aquí estoy y a presentarles, para compartir, el nuevo invento.

http://www.flickr.com/photos/boscania/sets/72157604891478054/

Si lo leído y visto no le convence, añada su merced que aquí el sol te acaricia todo el año y el mar es tu vecino y no está frío.
Que aquí, uno, es menos pobre.
Nadie pregunta de quién eres.
Aquí tengo amigos y los amigos no me agobian.
Vi nacer raíces en mis pies.
Se come en los bares y se duerme en la playa.
Este pueblo no tiene conciencia de raza ni de casta, y por eso es el mío y el de tantos otros que tampoco tenían pueblo, ni casta, ni raza.
Yo lo elegí.
Por todas esas cosas, y algunas más, puse en este árbol mi nido.
Y me gusta decirlo.

Esas son las razones, si es que tuviera que haberlas, del nuevo apartado en mi álbum fotográfico, al que les invito, para enseñarles y enseñarme, no con las vistas de cualquier postal de kiosco sino con el color de mi cristal, los rincones de este arbolico. Hay pocos, pero irá habiendo más. Cuestión de tiempo, y ganas.
Si lo piensan es una forma, como cualquier otra, de agradecimiento.

antigua estación de renfe


Esperen sus mercedes... esto...
Pienso que esta inauguración quedaría más compuesta con la ayuda de don Mario:

“No cabe duda. Ésta es mi casa
aquí sucedo, aquí me engaño inmensamente.
Ésta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende,
la primavera y me condena.

Tengo millones de huéspedes
que ríen y comen,
copulan y duermen,
juegan y piensan,
millones de huéspedes que se aburren
y tienen pesadillas y ataques de nervios.

No cabe duda. Ésta es mi casa.
Todos los perros y campanarios pasan frente a ella.
Pero a mi casa la azotan los rayos y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas dan afuera del mundo”.