La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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28/6/07

La tosca pluma del infame Osama.

Corría el invierno del 2001, yo era un hombre joven y las musas me adoraban, dormían a mis pies. De mi torpe pluma tanto podía salir un soneto, una redondela, una quintilla... o la prosa más amena y celebrada. Navegaba por donde me apetecía, no importaba mar o charco. Y navegaba, claro está, en plan pirata, mi princesa en la popa y colgada del palo mayor una bandera color verde pistacho con una calavera y dos amapolas cruzadas. No conocía la censura y en las esquinas de los puertos que visitaba aún no pegaban los carteles con el WANTED y mi foto. Yo era el rey del mambo. Tanto que tuve el tiempo, y las ganas, de escribir lo que a continuación les transcribo y que un olvidado amigo me ha hecho llegar esta mañana. Se trata, ni más ni menos, de la respuesta a un pirata adversario que no enemigo, que se hacía llamar, el muy cretino, Osama.

La tosca pluma del infame Osama
diome excusa a perfilar la mía,
dulce modo de ganar la fama,
amargo despertar a su osadía.
-
Dispuesto a patear su abyecto ombligo
levante bizarro bandera de Tercio,
alente ufano concilio de amigos,
incite gallardo mofas y desprecio.
-
Blandió El Esgrimista virtuoso sable,
corrió Cagafuego en pos del compadre,
Quec@stigo, a todos, arengo jocundo
y trazo el Piloto acertado rumbo.
-
Vinieron Davilord y Gussy,
Malinche y Burnel,
también LaDerrota se sumó al tropel.
Malicia, Vigilio,Bergantín, Surama,
incluso Antoñita, Marilour y Alma.
El señor de Bembibre también acudió,
El Granaino y Meroke,
Decadix y Filemón,
C. de la Fere con Odina,
hasta el mismo Corso habló.
-
Corrieron las tintas, cantaron poemas,
versaron coplillas, romances a cientos,
y lavada afrenta, calmados los vientos,
en la chata y con vino ahogaron las penas.
-
Por villano y pendenciero,
por soez y desalmado,
mentecato y bandolero,
fue corrido y baneado.
-
¡Ay, Osama bribón!
Cruel destino de aquel que la paz perturba,
o se achanta y arrepiente,
o acaba en el paredón.
-
(A to el personal que pulula por estas aguas, sin excepción. Y pido perdón a los que debido a mi torpeza, no aparecen en la rima. Ma pareceis todos cojonudos/as).

De mis soledades vengo.

Si uno se despierta con la noticia de que alguien que hace poco más de tres años raptó, atropelló, violó y asesinó a una muchacha –quemándola- ya está en la calle, el día amanece torcido, por muy menor que fuera el asesino. Porque se puede ser menor de edad pero, les puedo asegurar, la mala uva, la inquina, el desahogo, la maldad en fin, no tienen edad.
Así que hoy, 28 de Junio, San Ireneo, fiesta en mi muy querida ciudad de Soria, donde Antonio y Leonor se quisieron, tengo que volver a traer a mis páginas al ex-alcalde de Jerez, autor de la frase más celebre, y más verdadera, pronunciada en este país en los últimos 2007 años: La justicia es un cachondeo.
Y no dejará de ser un cachondeo hasta que alguien ponga en las manos de Maria del Mar, madre de la niña, un cuchillo jamonero y la deje a solas con el asesino de su hija. Podrían suceder dos cosas, y las dos buenas; o la madre mata al demonio cuatro patas, con lo cual haría justicia, o el demonio cuatro patas la mata a ella, con lo cual dejaría de sufrir.

A todo esto las princesas no me escriben, ni mucho menos me llaman; las musas han olvidado donde vivo, la vida sigue empeñada en comerme y yo en que no me coma. De mis soledades vengo, que decía Lope, pero el caso es que ni mis soledades me conocen. Mal día escogió el sol para ser el que más tardara en ponerse.
Por Dios, que asco de jueves.

25/6/07

Crónica apresurada para un lunes de junio.

Si estuviese para líricas, que no lo estoy, estaría con ustedes hasta la hora del aperitivo, del ángelus, de pecar. Me conformaré con un breve apunte para echar atrás la mañana de este lunes brumoso. Si, en el Cabo amaneció brumoso, caluroso y pegajoso, lo que a los osos nos fastidia particularmente.

Ya conocerán que seis de nuestros soldados han dejado la piel en el Líbano. La noticia no es del todo mala; quiero decir, que podría ser peor. Podría ser peor porque resulta, que de los seis muertos tres son colombianos, mira tú que alivio, y que en el Líbano ese no estamos en guerra, que aquello es una misión pacificadora, así que lo que ha pasado sólo tiene relativa importancia. ¡Tocate los cojones!

De mucho menor importancia es el asunto de que el Madrí, mi Madrí, le ha vuelto a birlar otra Liga al Barcelona. No ganan pa disgustos. Esta vez la de baloncesto. Esta vez en el propio Palau BlauGrana –se escribe así?-, con lo cual estamos doblemente contentos. En casa del pobre cualquier cosa es motivo de fiesta, ustedes entiendan.

Y a José Mari Manzanares, hijo, un morlaco le hizo ayer un destrozo en el muslo cuando toreaba en su tierra, Alicante. Luego del revolcón, probablemente un pelín cabreao, se hizo un torniquete en la pierna, se fue para el toro y lo despachó de una estocada tendida.
La feria de Alicante, este año, ha sido el rosario de la aurora. Posiblemente alguna de sus mercedes piense que en el sueldo va la sangre. Posiblemente se equivoquen. Ni los soldados estaban en el Líbano para que los matasen, ni un torero pisa el ruedo para salir de allí con los pies por delante. Pero explicarles el asunto me llevaría más tiempo del que hoy dispongo.

Este año ni he saltado la hoguera, ni me he mojado los pies, ni he quemado el papelito ni le he pedido a San Juan que me mire con cariño. En vez de todo eso me he mirado al espejo y he dicho: ¡Tranquilo, Juanito, será lo que tenga que ser!.
Que el lunes no se les atragante.

22/6/07

¡POR EL REY!

Es costumbre. Es tradición. Es San Juan.
Y San Juan es la onomástica del Rey. Del Rey de los monárquicos y de los republicanos. Del Rey de todos, incluso de los que preferirían no tener Rey.

Sala de Banderas. Obligada presencia de todos los que tienen algún gusarapo sobre las hombreras, de los jefes de unidad, de los invitados de otras unidades.
En el centro del salón una mesa larga, larguísima, vestida con un inmaculado mantel blanco, sostiene, colocadas con primor, botellas de tinto de Rioja y blanco de Valdepeñas. Jarras de cerveza de ignorado origen. Platos con tortilla española –cómo no-, jamón de la sierra de Aracena, queso manchego y pulpo gallego.

En la pared del fondo un retrato del Borbón. En un rincón, pero llenando el salón, la elemental presencia de la bandera, roja y amarilla, la constitucional, la que juramos –aunque ya nadie se acuerde- servir y respetar. La que representa, y resume, la razón de que estemos aquí.
Nadie verá una silla por ningún lado. Sobran las sillas. Aquí nadie se sienta, se bebe erguido, de cuerpo y de espíritu. Esto no va a ser una fiesta; será más bien un testimonio, una comunión.
Los asistentes van entrado al salón y rodean, silenciosos, el blanco mantel. Todos acuden destocados. Alguno piensa incluso que debería estar en otro sitio, que tiene trabajos pendientes de acabar y que no vendrá el Rey a terminárselos. Las reclamaciones al maestro armero, le diría un veterano. Y se calla. Y espera. Lo que haga falta.

Es cuando se abre la doble puerta del fondo del salón y una voz grita: ¡Comandancia, el Jefe!
Y el Gran Jefe, con la cabeza con más canas que nadie, las hombreras con más gusarapos que nadie y el alma con más cicatrices que nadie, se dirige con paso presto, acompañado del Ayudante, a la cabecera de la mesa. Nadie dice una palabra, pero el trayecto hasta su lugar de presidencia es acompañado por el golpear de los nudillos de todos los presentes sobre la recia mesa, lo que forma un estruendo ensordecedor.
El redoble cesa de forma tan brusca como se inició, una vez el Jefe en su lugar.
Entonces, toma con la diestra el cáliz de rojo vino, lo levanta al cielo y con voz solemne exclama: ¡POR EL REY!
Y todos los que le acompañamos, ahora somos un equipo, levantamos al tiempo la nuestra y, sin complejos, gritamos: ¡POR EL REY!

20/6/07

Apatrullando la ciudad.

Falleció ayer, en el inhóspito Madrid, el señor Don José Luis Cantero Rada. Descanse en paz. Con él, a quien sólo conocían en su casa, falleció El Fary; y a ese todas sus mercedes conocen, conocían, de sobra.

El Fary, taxista de profesión y cantante de afición, tomó ese nombre de su admiración por Rafael Farina. El Fary parecía un hombre bueno, cómo sólo pueden serlo los feos, los desheredados, los raritos, los que tienen la palabra pueblo tan pegada a la piel que es su piel misma.
Evidentemente yo no conocía al Fary. Sin embargo siempre me pareció un tipo sano, d'esos que saben envolverte con su sonrisa antes que puedas fijarte en algo menos agradable de su envoltorio. De sus canciones, me quedo con amor secreto, del año 1983; o con apatrullando la ciudad, banda sonora de la horterísima Torrente, esa que tanta vergüenza nos da ver porque tanto nos llegamos a reconocer en ella. Para nada la del torito… que hasta en lo popular puede haber clases. Pero sobre todo me quedo con la elegancia que llevó, ole ahí sus cojones, el hecho de que media España –entre la que no me incluyo- se cachondease de él durante toda su vida. Es evidente, por palpable, que estuvo muy por encima de los que siempre le tuvieron por un mindundi. Hasta para ser natural hay que tener clase.

Tenía que haber colgado esto ayer, pero las servidumbres del faro son ineludibles y las que me dan de comer a mi y a mis chiquillos.

Que el miércoles les trate con misericordia. Y usté, señor Cantero, cualquiera que sea el sitio que este apatrullando ahora, espéreme el tiempo que sea necesario y vaya haciéndome un laito. Por afinidad, me encontraré bastante más a gusto a su lado que cortejando a quienes le miraban por encima del hombro por ser feo, bajito y castizo.

15/6/07

Por fin viernes.

Se acuerdan de Landelino Lavilla?. Yo les doy memoria. Landelino, político de la extinta UCD, era el presidente del Congreso en aquella esperpéntica jornada del 23-F. También fue ministro de justicia. Y desde el año 2006 miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, lo cual es un bluff, porque no puede ser moral ninguna cosa que roce siquiera la política.
Bueno, pues hoy es la onomástica de los Landelinos. Así que corran y felicítenlos.

Feliciten también a los cachondos de la Comunidad de Madrid –seguimos hablando de políticos- que han editado un folleto de prevención de incendios en el que, repetidas veces, comparan la voracidad destructiva del fuego con la de la mujer. No es que yo piense que estén equivocados, que no, aún diría que una mujer te puede quemar muchísimo más que el mayor de los incendios, y entiendan sus mercedes por “quemar” lo que mejor les venga en gana, pero hay verdades que no se pueden pregonar por ahí como si tal cosa. Porque luego vienen aquellos que se la cogen con papel de fumar y arman el cifostio que arman. Y ya la tenemos..... te tiran de la lengua, te tiran de la lengua, y al final acabas diciendo lo que piensas, pero no querías decir.
Tres cosas han de temer, dice el folletillo, al fuego, al mar y a la mujer. Ahí queda eso.

Seguro que ya se han dado cuenta que hoy es viernes. Lo mejor del viernes es que es víspera del sábado. Y el sábado, según el refrán, follamos. Bueno.... el que folle, pero siempre anima que le pueda tocar a uno.
No se dejen de la mano, por favor. Que ustedes son lo mejor de su casa.

7/6/07

Instrucciones para sobrevivir un jueves.

Básico: No dejen que nadie les amargue el día.
Y sepan que el terrorista ese, al que Zapatero tenía en un balneario -¿no era un balneario?- ya ha vuelto a la cárcel de donde nunca debió salir. Esperemos que cuando vuelva a la calle, sea porque ha cumplido su condena. La gente a la que mató, no volverá a salir de sus tumbas. Esa ventajilla que lleva.
Sepa también que España no pertenece al G-8 –siglas de Ocho Gilipollas- y que por tanto no caerá sobre nuestras conciencias el peso de las desgracias que asolan el planeta.
Que Morante de la Puebla, ayer, corrida de la Beneficencia a la que asistió el Rey, cortó una oreja en Las Ventas. Para seis toros que lidió no es que sea un balance sobrecogedor pero.... es lo que hay. También se llevó un buen revolcón, del que estará doliéndose unos cuantos días.
Que Nadal ganó en Roland-Garros y ya está en semifinales.
Que España también gano a Lienchestein, con más pena que gloria, y a pesar de ser un equipo que aburre a las ovejas. La selección española es un equipo triste, con un entrenador triste y unos jugadores tristes que hacen tristes a los aficionados. En resumen, una tristeza.
Eva Longoria, casi de tan buen ver como Elsa Pataky, es el nuevo fichaje de los helados Mágnum. ¿Han probado sus mercedes los helados Mágnum?. Pues no se hagan una idea, Eva.... y Elsa, saben mejor.
Y sepan por fin que, antiguamente, en un país que se llamaba España, hoy era el Corpus Christi, día festivo, y que los niños, ataviados con su traje de primera comunión, procesionaban por la calle mayor de su pueblo mientras la plebe, enfebrecida, arrojaba al paso del Santísimo juncos del río y pétalos de flores.
¿Saben aquel que dice.... cuatro días tiene el año que relucen más que el sol?

6/6/07

Miércoles, San Amancio.

Hoy es miércoles, San Amancio.
San Amancio, ya lo saben sus mercedes, fue beatificado teniendo como mayor mérito el haber cuajado una extraordinaria carrera futbolística en la banda derecha del estadio Santiago Bernabeu, y ello pese a ser gallego, que tiene más mérito.

Los chicos de ETA han decidido que ya esta bien de ser unos hijos de puta y, a partir de ya mismo, van a ser más hijos de puta todavía. Dicho de otra manera, que van a reanudar el matarile dirigido a los que no hagan, no digan, no piensen.... lo que ellos hagan, digan, piensen.
Pasemos a cosas más amables. A partir de hoy, el museo Reina Sofía, expone una muestra pictórica de Le Corbusier. Ya me gustaría a mí poder visitarla, aunque para ello tuviese que cruzar Despeñaperros y adentrarme en el inhóspito Madrid. `
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En Roland-Garros, María Sharapova sigue adelante con sus modelitos de gasas y transparencias. Y sus quejidos.
Me van a permitir que me detenga una miajilla en María. Ayer, en un descanso de su partido, sacó del raquetero un plátano para reponer fuerzas. Yo pensé.... ¡la hostia!, este va a ser el momento erótico del día. Que si quieres arroz. En la vida había visto yo comerse de tal guisa un plátano. La muy sosita toma el plátano y... en vez de llevárselo a la boca, corta un trozo con la mano que tenía libre y, muy fina, se come el trocito cortado. Que chasco, tú.
La Sharapova, cuando juega al tenis, pone una cara de mala leche que es la pera. No sonríe a cámara, ni al contrario –bueno, a esa menos que a nadie-, ni a los recogepelotas, ni a su padre, ni al espíritu santo que bajase a la pista. A cambio de tanta aridez, luce un tipo espléndido, ataviado con modelos que tanto le dan para jugar al tenis como para irse a la cama. Y acompaña cada golpe con un gritito, un susurro, un quejido. Cuando la veía ayer, me dio por pensar que si esto hace en la pista, que no será mi María en el momento del gozo. Y ya saben sus mercedes a que gozo me estoy refiriendo.

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Completen su guía del miércoles conociendo que Castro, el caimán, da señales de vida, para disfrute y contento de sus admiradores. ¡Mariconsón..... ques usté un mariconsón!
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Ea, ya esta bien por hoy. Me voy a limpiar la linterna del faro. Les dejo con la estrofa de una canción que ayer, mientras soñaba, se me coló en los adentros,

... incansadamente espero,
que el cielo remueva el suelo,
y junte su norte con mi sur.

3/6/07

Siete días con los Califas

Colgado en El Café del Foro > junio/06 

1.- LA INTENCIÓN. Todos los años, o mejor, todos los años que viene a pelo, dedico unos cuantos días de junio y octubre a patear las calles de alguna ciudad, los senderos de algún paraje, de los que tengo en el debe. 
Ahora le tocó a Córdoba, ciudad que crucé cien veces sin detenerme ninguna. Y como las emociones lo son más (bueno, no siempre) cuando las cuentas, tras los pasos, los renglones. A otros les da por ir a Marruecos (es un poné), a Praga, o a la Butibamba, pero a mí me parece una ordinariez, casi una indecencia, ir a la Butibamba cuando todavía no se ha estado en la Mezquita. 
A eso, además, podría añadirle otras razones de más peso y consistencia, pero se me iban a ir en razones lo que se me debe ir en vivencias. Tampoco les voy a aburrir colgando fotillos de tres al cuarto, de las que pueden saciarse en cualquier revista especializada. Pero como tengo prueba gráfica de todo lo que escribo, colgaré alguna que otra rareza, para aliviarles el trago, y para callar las boquitas de los descreidos, malpensantes, porculeros y moscas cojoneras. Así que…… al tajo. 

2.- EL PAISANAJE. Debo distinguir entre el paisanaje en general y el paisanaje en particular. Hablando del primer grupo os diré que lo que más abunda en Córdoba son los cordobeses. No se ría su merced, no es una perogrullada. Existen ciudades como la mía, Almería, en las que lo raro es encontrar un oriundo. Allí nos comió la inmigración; aquí, todavía no ha sucedido. El cordobés vive feliz y dicharachero con su ciudad antigua, su judería, sus bicicletas –si, se anda en bicicleta-, su Corte Inglés, y su caló…… su mucha caló.
 


Tienen pendiente, como tantos otros, la asignatura de la limpieza urbana, y tampoco se ven ajenos al acoso de la mendicidad callejera. En toas partes cuecen habas, que diría mi maestro. 

Como la cabra siempre tira al monte, yo siempre tiro a fijarme en el lado femenino del paisanaje. Encontré algunas minifaldas muy bien puestas, mejor llevadas y de un quitar arrebatador, pero todo se quedó en recorrer con los ojos lo que debiera ser recorrido con algo más que el pensamiento. Es por eso que to las cordobesas tienen la cara de pena con que las pintó Julito Romero. 

El primer particular que se asomará a esta crónica es nuestro amigo Cicero. Resultó vivir a escasos metros de donde me alojaba y me atendió con la amabilidad y cortesía que era de esperar. Cicero es un cordobés de pro, campechano y amable, bien enterado de lo que se cuece en su ciudad, a quien desde aquí agradezco los ratos que perdió conmigo mientras trajinábamos un café o un Moriles-Montilla en el Restaurante Moriles Pata Negra, sitio este en el que se come de “pata negra”, y que debiera visitar el viajero antes que ningún otro monumento de la ciudad. 
Fue él, Cicero no el Moriles, quien me contó que la ultima restauración seria de la Mezquita la llevaron a término entre el padre de Julio Romero de Torres y un tal Velazquez Bosco, paisano este que, aunque ustedes no se lo quieran creer, no tiene parentesco alguno ni con el pintor ni con el menda. 

Córdoba vive abrazada a su pintor, Julio Romero de Torres, y este abrazo se percibe por cualquier lugar de la ciudad que se recorra. Tiene su museo en la plaza del Potro, junto al de Bellas Artes. De su visita, y mis experiencias anteriores con este pintor, fui deduciendo que Julio era un pintor sombrío. A Julio le gustaba un entierro más que a un tonto una tiza (mira que bonita era, horas de angustia, cante jondo, la gracia......) 
El tono de sus cuadros siempre es oscuro, sin luz, invadido por la pena. Y esta pena se refleja, siempre siempre, en las caras de las mujeres que pintó. Si bien es cierto que pintaba el cuerpo de la mujer como nadie, no lo es menos que no supo dibujar la sonrisa en la cara de sus modelos. 
Los cuerpos de las mujeres de Julio son de infarto, pero de infarto 2006 no de 1.920 (naranjas y limones, el pecado, mujer de córdoba, cante hondo, la magdalena, la gracia, la nieta de la trini.....), que son una sucesión de pechos, caderas y piernas de las que a mi me gustan y de las que entiendo un montón. 
Sin embargo no veremos una sola sonrisa en esas rostros, rostros por otro lado tirando a bastante feos, y que me perdonen las cordobesas. Abundando en el tema, a la modelo de mujer de córdoba, sólo le falta el bigote. 
De entre los cuadros expuestos me quedo con el pecado –1915, pecado que yo veo no en la desnudez de la modelo, que verdaderamente está para pecar con ella, sino en las cuatro brujas que la rodean, y que quiero suponer reflejan la moralidad de la época. 
Y otra curiosidad, Julio solía pintar los fondos de sus cuadros con paisajes de la ciudad..... pero a su bola, o sea que esos paisajes no se ajustan en absoluto a la realidad y los colocaba como a él le salía de..... su imaginación, que pa eso los cuadros eran suyos. 

Con otros particulares como Séneca, Averroes, Maimonides, Abderraman, El Gran Capitán, los marqueses de Carpio y el chico que reparte “20 minutos” -un diario gratuito-, te vas encontrando según vas paseando calles. 
El encuentro con Maimonides fue particularmente notorio. Si, notorio porque ligue. Y ligue con una gata, de nombre May, que vive a los pies del filósofo, que se prendó de mi persona y tuvo a bien refregarse lo que quiso contra mi recio torso y musculosos brazos. 




Y hablando de ligar, es aquí donde debo hacer un aparte para deciros que andando por La Judería, concretamente por la calle Badanillas, me ví asaltado por unas cuantas señoras putas que desde sus portales me ofrecían sus servicios...... por la voluntad. Cuando abandoné la calle lo hice firmemente convencido de que mi voluntad aún distingue entre lo importante y lo superfluo....... y que aquella era la calle las putas.



3. EL PAISAJE. No más de dos horas separan Córdoba de Málaga. Rebasado el puerto de Las Pedrizas, ya en los llanos de Antequera, llamó mi atención una denominada venta el Faro. Encaminé mi rucio a sus aparcamientos y mientras me desayunaba una tostá con zurrapa colorá pregunté por el farero, por Maese Tarugo. No estaba. Me dijeron que su fantasma anda vagando por la red y deseando enseñar la sábana. Con todo, fue un desayuno para recordar. 



Lo primero que hace el viajero cuando llega a Córdoba es comprar un mapa de la ciudad. Le va a dar igual. Los cordobeses son unos cachondos y un buen número de calles se encuentran sin rotular. Para compensar, existe otro buen número de ellas que tienen dos nombres. Los dos juntitos y los dos distintos. Esto lo hacen sin duda para amenizar el tedio que pueda invadir al forastero cuando la cultura andalusí empieza a salirle por los poros. 



Ya puesto en situación, mandado el plano a la mierda, lo ideal es dejarse llevar para que la ciudad antigua le vaya a uno sorprendiendo poquito a poco. Es una delicia caminar por entre las estrechas calles que te protegen del solano. Patios con geranios, sombras acogedoras, rejas, casonas y palacios ilustres, fachadas con escudos de nobles linajes y tiendas de souvenirs a porrillo. 



El Cristo de los Faroles, en la plaza Capuchinos, bastante lejos del entorno de La Judería, me sorprendió por lo destartalao y lo marrano ..... el entorno quise decir. Esperaba un Cristo más pequeño en una plaza más coqueta. Así que me resultó excesivo en el tamaño, desangelado en la ubicación y a falta de una mano de mister proper que adecentara su pedestal. 
O quizás, vete tú a saber, yo no llegue en el momento adecuado o mi ánimo estaba revuelto porque la tostada del desayuno no había estado en su punto. Así que salí de allí por patas y me fui al Corte Inglés a zanganear en la sección de lencería femenina, algo muy de agradecer a la vista de la caló que me tostaba fuera.



A las ruinas de Medina Al-Zhara, al día siguiente, nos llevaron en autobús, tan ricamente. Adquieres los ticket (cinco euros) en algunas de las oficinas de información y turismo que están repartidas por Córdoba, te señalan los horarios -mañana o tarde-, los dos lugares en que recogen viajeros y.... a correr. Las ruinas están a unos 7/8 Kms. de la capital y no te proporcionan ni bocadillo, ni agua, ni ná de ná, la intendencia corre por tu cuenta. La impresión que saqué de esta visita es que los Omeyas eran unos cafres y unos manirrotos. Solo hay que ver como dejaron aquello, hecho un destrozo.






Ahora las ruinas están muy bien protegidas y conservadas. Incluso se están restaurando algunos paneles de las paredes, pero van despacito...... muy despacito. 

La joya de la corona, sin lugar a dudas, es la Mezquita. Sólo el poder visitarla es razón suficiente para venir hasta aquí y pasar los calores o los fríos que fueran menester. La Mezquita no es una cosa que se vea sin más, la Mezquita se siente. Y no voy a caer en la majadería de intentar describirla porque es un lugar precisamente para eso, para sentir. Y yo, una vez en su interior me sentí empequeñecido, mínimo, intemporal y asombrado. A la vista de tanto gusto y exquisitez, en calidad y cantidad, es seguro que en los tiempos de su construcción abundaban los maestros canteros como hoy los aparcacoches, y perdónenme sus mercedes el dislate. 
En uno de los rincones del interior se exponen las firmas grabadas de unos trescientos de ellos, canteros.... no aparcacoches, pero es seguro que habría muchos más. Estoy por asegurarles que en cada casa debía vivir al menos un maestro cantero. 
A la Mezquita se accede desde el patio de naranjos. Nuestro amigo Cicero me hizo reparar en que en cada lugar que en la actualidad hay un naranjo, había un naranjo cuando Abderraman III se paseaba por aquí. Me llamó la atención la extraña conjunción de religiones que se advierten en el mismo monumento. Y me llamó la atención la exposición de vigas talladas expuestas en el claustro y que, debido a su vejez, han sido sustituidas por otras, replica exacta de las que se quitaron.



Otro día, aleccionado por Cicero, me fui a la calle Cabezas y allí descubrí una casa en la que, según reza en la placa clavada en la fachada, fueron expuestas las cabezas de los siete infantes de Lara. Las fotografías que de ella tome me servirían para ilustrar un antiguo trabajo mío sobre la afrenta en cuestión, si tuviera los santos cojones de encontrarlo, que no los tengo, y eso a pesar de que fue colgado en la red. ¿Alguna de sus mercedes me podría echar una manita?. 

Me quedé con las ganas de andurrear por el puente romano, los baños califales y el museo taurino, que se encuentran cerrados a cal y canto. 
Finalizando mi estancia por tierras cordobesas me di una vueltecita por el Valle de los Pedroches y por Lucena. Del primero debo decirles que se pueden ahorrar el paseo. Pozoblanco me decepcionó. Si no fuese porque allí fue herido de muerte el malogrado Paquirri, ese pueblo no sería conocido sino por sus habitantes, y ni aún así saben, o quieren, explotar lo turisticamente explotable. Su coso taurino está restaurado con un mal gusto imposible de describir y el resto del pueblo es totalmente predecible. Por no renovar, no renuevan ni un termómetro de mobiliario urbano que está clavado en los 12 grados desde que Machaquito tomó la alternativa.



Si merecen mención aparte la iglesia de Hinojosa del Duque, llamada por los lugareños la catedral de la sierra, y el castillo de Belalcazar. La primera es una joyita perdida en un campo de trigo. El castillo es de los que imponen, pero desgraciadamente está olvidado por la administración o por sus propietarios, si es que son particulares. Sus puertas están tapiadas y es imposible acceder al interior, por lo que te da lo mismo acercarte a pie de muralla o quedarte, tan ricamente, donde acaba la carretera, a unos doscientos metros de la torre del homenaje. Lo triste es que su ruina, amenaza con ser su ruina, sin que nadie parezca dispuesto a desfacer el entuerto. Se me antoja que el castillito de los cojones podría convertirse en un alucinante Parador Nacional pero, a lo que se ve, eso sólo sucede en los ojos de alguien con una imaginación como la mía. Además, ¿qué coño iba a pintar un Parador en Belalcazar?.


De Lucena, ni les cuento. Pueden echar su tiempo en pescar la trucha ....... Otro apunte para terminar con el paisaje; en Córdoba abundan las tiendas de aparatos para sordos y escasean, de mucho escasear, las de informática, misterio este que no pude desentrañar antes de abandonar la ciudad. 

Poco más que contaros. Si acaso que antes de dejar Córdoba tuve la inmensa suerte de asistir en directo a un concierto de José Domínguez (a) El Cabrero, santo de mi devoción, y que pagaría lo que fuese no ya por oírle cantar sino por oírle hablar. 
Los jardines del alcázar de los Reyes Católicos, la luna llena sobre ti, y El Cabrero desgranando sus cantes, es un plato que alimenta para una buena temporada. Anoche soñé contigo Soñaba que era verdad Que era yo quien te soltaba El lazo del delantal.

1/6/07

La Peregrina.

Colgado en El Café del Foro > enero/06

 
No es una bicicleta cualquiera, es La Peregrina.
Tiene nombre propio desde Mayo del 2004, ganado a pulso, en buena lid, tras llevarme a su lomo los 556 kilómetros que, con algunas vueltas de más por extravíos en el páramo, separan Burgos de Santiago de Compostela.

Y es una bicicleta humilde, no crean. Desde luego no fabricada para tales travesías pero, ...... a la fuerza ahorcan. Siendo la más pobre de las cuatro que navegaron juntas, llegó al mismo tiempo que las otras, eso sí, tan maltrecha como el Capitán Pedales que, más muerto que vivo, se aferraba a su manillar como a un clavo ardiendo, mas para no caer que para conducirla.

La Peregrina fue un regalo de Reyes (Magos, quiero decir), de hace ya unos cuantos años. Siempre me ha parecido que los regalos no son mejores o peores por lo caro, o por lo raro, o por lo dificultoso de encontrar, sino por lo oportuno. Y La Peregrina, ya ven que siempre me refiero a ella con mayúsculas, fue un regalo oportuno. Oportuno y agradecido, agradecido y aprovechado. Tan aprovechado que salvo casos de catástrofe o calamidad pública, no ha pasado semana en que no la sacara a pasear. Nos gusta perdernos por el monte, o por el paseo de ribera, la música en los oídos, para soñar caminos. No se trata de competir, ni siquiera de mejorar la condición física, se trata de pasear, de divagar, fantasear, pensar, soñar. Está acostumbrada a detener la marcha para sorprenderse con las andanzas de un conejo o comprobar si el pescador de turno engancha algo a la caña de la que tira con esfuerzo. Alguna que otra vez, me ha tocado a mi cargar con ella sobre mis costillas, pero he de afirmar en su descargo que soy yo quien elige los itinerarios y que para perderme no hace falta que vaya al Dakar. Nunca me ha fallado. Espera sumisa en el garaje hasta que alguno de mis compañeros de tenis me deja tirado o yo me acuerdo que existe.... y nunca dice que no.

Se me viene a la memoria una procacidad, un desahogo, pero no me parece oportuno hablar de mujeres cuando estoy hablando de bicicletas, aunque al final, como a mi amigo el Delicado, lo que me apetezca es terminar hablando de tías. Se sorprenderían de las similitudes que podemos encontrar.... dicho sea sin animo de ofender y salvando las distancias, que ustedes son muy suyas y enseguida se me van a subir a la parra, entre una bicicleta y una mujer.

Y, hablando de mujeres, ¿saben aquel del misionero que iba por la selva amazónica evangelizando a un grupo de salvajes?.... pues sí, diez o doce aborígenes le seguían y cada vez que el misionero se encontraba con algo nuevo lo nombraba en castellano para que lo repitiesen los guripas. - Serpiente, decía el misionero. - Serpiente, repetían los indios. - Cascada, insistía el clérigo. - Cascada, le hacían coro los otros. De improviso, al doblar un recodo, se topan con un nuevo misionero que se estaba follando a una india, ¡uy, perdón!, quise decir “evangelizando” a una india. El clérigo, para salir del paso, exclama - Bicicleta...... y continua rápido la marcha. Pero tiene que detenerse porque uno de los indios ha sacado su cerbatana y, de un escupitajo, le ha clavado un dardo envenenao al misionero follador.
Todos vuelven la cara hacia el agresor preguntándole sin palabras la razón del clericidio. Y el indio, mu cabreao, dice:
- Bicicleta, mía.

Cicloturismo en Cabo de Gata.

La mujer de La Rambla.

Colgado en El Café del Foro > diciembre/05

Desde que llegó la modernidad a mi ciudad, bendita sea la hora, cuando se quiere ofender a una mujer, cosa que sucede en contadísimas ocasiones y siempre previa provocación previa y grave, se le dice: “Anda, que te pareces a la mujer (de) la Rambla”.

El asunto tiene su miga. Con “la mujer la Rambla” nos estamos refiriendo a una estatua de mujer, mitad de un grupo escultórico del granaino Miguel Moreno titulado El Saludo, y colocado en la zona más al sur de la Rambla de Almería, ya en los aledaños del puerto.

Los colectivos feministas de Almería, cuando vieron la que se les venía encima pusieron el grito en el cielo y armaron la de Dios es Cristo. Hasta tal punto formaron bulla, el proyecto ya aprobado, que el concejal de Cultura del ayuntamiento, hasta los mismos güitos de tanta algarabía, se atrevió a exponer en un pleno municipal que (ad litere) por buena que fuera una mujer y por malos que fueran unos prismáticos, siempre se verían las cosas más claras con ayuda de los prismáticos que con la ayuda de las mujeres. 
No dimitió porque ya saben sus mercedes que, en este país, el fenómeno de la dimisión de un político no se ha producido nunca, ni se producirá, pero la concejala de Asuntos Sociales, Carmen Pitanzas, allí en el mismo pleno, le arreó una hostia que le puso mirando a Pamplona.

El incidente ocupó durante días los medios de comunicación locales e incluso fue referido a nivel nacional, lo que contribuyó a que el prestigio del concejal en cuestión subiera como la espuma y hoy sea diputado nacional y uno de los líderes autonómicos de su partido.
Bueno, pues con zarabanda y todo, Santa Rita Rita....... las estatuas se colocaron en el lugar que ocupan para admiración y solaz de todos los almerienses.

Este comentario debería acabar aquí, y así sería si mi corrector de estilo no me hubiese apercibido de que quizás sus mercedes, poco al tanto del gracejo y la mala uva andaluza, no reparen en el chiste, en la razón del alboroto de mujeresencrespadas.com.

Verán ustedes, cuando Manolo (a) el Piyayo le dice a su Carmen, con to el cariño del mundo, aquello de que es “la mujé la Rambla”, lo que le está diciendo es que es GORDA, FEA, VACÍA POR DENTRO Y NO TIENE NI PIES NI CABEZA.
Tal como se los cuento.


-Rambla de Almería / El saludo.

Ana y Eloisa.

Colgado en El Café del Foro > diciembre/05

 
Se llamaban Ana y Eloisa, y andaban en la veintena.
Ni sé como se llamaba él ni lo he interesado. Ellas trabajaban en una frutería y se habían levantado a las cinco de la mañana para descargar un camión de fruta. Él, regresaba de una noche de fiesta, puesto de todo menos de mesura. Sus ojos ciegos, su cerebro ciego y su coche ciego se llevaron por delante el ciclomotor de las dos chicas, detenido ante un semáforo en rojo, hasta estamparlas contra la pared del museo arqueológico.
El mismo lugar en el que ahora, acentuando un dramático reguero de grasa y sangre, dos rosas rojas pegadas apresuradamente sobre el muro, las recuerda.

Del homicida… ¿qué deciros? Si acaso que comentó a los policías que actuaron que…. “pagaba el seguro”, y que se negó a la determinación alcohólica. Que ha cercenado dos vidas de un tajo y ha comenzado a llevarse, a pedacitos, las de otros. Que ha obtenido la atormentada titulación, cum laudem, del golfo que vive habitualmente paseándose por el filo de la navaja. Filo que, con demasiada frecuencia, termina degollando antes a los que rodean a esta clase de bichos que al bicho mismo, cosa que también termina sucediendo antes o después.

De ellas, y dejando al margen otras valoraciones (muerte por traumatismo cráneo-encefálico), que podían haber salvado la vida de llevar el casco puesto. O de llevarlo puesto, atado y asegurado, que viene a ser lo mismo.

Quizás hoy se aburran sus mercedes, hoy el jueves con foto no va a salir para nada simpático. Pero mi, digamos, deformación profesional me empuja a pensar en voz alta, a coger por la solapa a quién proceda y zamarrearle un poco, quizás a aquellos de ustedes que tengan hijos en la adolescencia, esa etapa de la vida que las más de las veces se va allá hasta los treinta.

Verán, el casco, en las motocicletas, es para llevarlo puesto. Pero puesto…… en condiciones, esto es, atado con esmero. Si el casco te lo colocas como si fuese una pamela, a efectos de seguridad, es como si te pusieses una pluma en el culo; en caso de golpe, es lo primero que va a salir volando.

En Almería, quiero suponer que como en todos sitios, todos los chicos…. TODOS, llevan el casco tipo pamela. Y son tan ignorantes que, por ignorar, ignoran que el no llevar el casco abrochado es tan denunciable, y además por la misma cuantía, que el no llevarlo.
Si juntas ignorancia (la de ellas), golfería (la de él) y mala suerte….. te vas al otro barrio.

Las navidades se han teñido de amargo para tres familias; pero sabe más amargo porque el trago pudo haberse evitado.

Flores tristes,
parecidas a la venganza,
parecidas al dolor;
mellizas de la desesperación,
gemelas de la incertidumbre,
pesarosas…… como el amor infiel.

Ya ven, el jueves también salió amargo.
.


-En su memoria / dos rosas sobre el muro.

Paco Peta

Colgado en El Café del Foro > julio/07


Me han comprado una moto. Una moto color burdeos con casco a juego, una moto urbanita, una moto de andar por casa, que va como la seda. Una preciosidad de moto.
Y, esta vez, ha sido un regalo…. de porque sí….. de aquellos que te hacen decir “no me lo puedo creer”.

No es la primera que tengo; me he desparramado ya con unas cuantas, más grandes y más pequeñas, pero esta vez, si me desparramo, será un desparrame consentido.

Así que andábamos hablando de motos, de las veces que había descabalgado de manera poco ortodoxa, cuando hice memoria de Paco-Peta.

Paco-Peta era un agromotero año 1960. Hoy, que estamos todos motorizados por demás, Paco-Peta pasaría desapercibido, pero en aquellos tiempos era la estrella, lo más de lo más, el más grande. Y si no el más grande, si el genuino, el único, era….. Paco-Peta, la simplicidad en persona.
Yo le recuerdo siempre a lomos de algo. Primero fue un borrico, luego el mulo, el tractor y, el remate de los tomates, la moto. La primera moto que tuvo Paco-Peta fue una Guzzi. ¿Se acuerdan sus mercedes de la Guzzi?

La Guzzi 1960 era aquella moto siempre de color rojo, con el cambio de velocidades en una palanquita situada al lado derecho del depósito de combustible. Una moto que tenía su principal amortiguador en su eje vertical, bajo el asiento del piloto, lo que hacía que se desplazase semejando el andar de un camello sahariano. La Guzzi de Paco-Peta.

Bueno, pues andaba Paco-Peta vacilando con su Guzzi cuando enamoró a la Remedios, la que luego sería su mujer, que Paco-Peta habría montado muchas motos, pero mujeres, que se sepa, sólo montó a la Remedios. La Remedios vivía con su padres en el cortijo Marchal, a unas cinco leguas del pueblo. 
Una noche de mayo, andaba Paco-Peta pelando la pava junto a la reja de Remedios cuando se puso a llover intempestivamente. ¡Que cojones intempestivamente! …. llovía de cojones, llovía el diluvio, llovía como el día que se ahogó Bigotes. Llovía tanto que el señor Ramón, el padre de la Remedios decidió, tras reunirse con su perro, que no era cosa que el muchacho volviese al pueblo con la que estaba cayendo. Y que sería buena cosa que durmiese en el pajar.

Así se dispuso y así se hizo. Se acomodó el pajar y todos se fueron a dormir. La Remedios a su cama, los padres a la suya, las gallinas al palo y Paco-Peta al pajar. A las dos de la mañana, ronquido arriba-ronquido abajo, un trueno horroroso sacudió los cimientos del cortijo despertando algunas de las gallinas y al señor Ramón. Este, quiso saber donde había caído el rayo, muy cerca sin duda, y salió al exterior a comprobarlo.

Llegó al pajar, lo abrió..... y allí no estaba Paco-Peta.
-¡La Remedios!, ese está con la Remedios, exclamó el cateto.

Así que cogió la escopeta, le metió dos cartuchos del 12 y salió disparao con el pensamiento fijo en perdigonear al pelapavas. Abrió la puerta de una patá, se echó la escopeta a la cara.... pero allí no estaba Paco-Peta. La Remedios seguía sola... y entera, que se supiera.
¿Dónde estaría Paco-Peta? ¡Con la qu’ estaba cayendo!

El señor Ramón puso en pie a creyentes y no creyentes y buscaron por todo el cortijo. La Guzzi estaba allí, pero Paco-Peta no aparecía. La Remedios comenzó a llorar desconsoladamente. En esas estaban cuando vieron acercarse una luz por el camino. Seguía lloviendo a mares y alguien, vacilante, se acercaba al cortijo.
Llegó al fin el del candil. Y el del candil era Paco-Peta.

-Pero.... Paco, mi arma, .... ¿de dónde vienes así?, le requirió la Remedios.
-Pues de donde voy a venir, mujé, de decirle a mis padres que voy a dormir aquí.

Esto, que es más verdad que el año que viene el Madrí tampoco ganará la Liga, no fue ni mucho menos la única hazaña motorizada de Paco-Peta.

Luego, ya de casado, tuvo una Lambretta. Ya saben sus mercedes que era una moto que cuando desembragaba, en primera, tenía un arrancar un poco brusco. Tan brusco que la Remedios sólo puso el culo en ella una vez, la primera. Paco-Peta embragó, metió primera, y soltó el embrague. La Remedios no estaba preparada y salió despedida hacia atrás. Lo doloroso no fue que esto ocurriera ante las amigas de la Remedios, ni siquiera que estuviera dos semanas sin poder sentarse del culetazo que pegó en el suelo; lo doloroso fue que Paco-Peta no advirtiera que había dejado en el suelo a su mujer hasta que llegó al pueblo siguiente y paró pa echar gasolina.

La fama de Paco-Peta se extendió en el tiempo y en el espacio. Fue conocido en toda la comarca y hoy, cuarenta y seis años después, yo les estoy entreteniendo con sus andanzas. Con todo, lo peor que te puede pasar a lomos de una moto no es que hagas el ridículo. Pero eso queda para otro día. 

-Imágenes; La moto de Paco-Peta y la del maestro Vidriero.

La historia según Mairena: Los de Lara.

Colgado en El Café del Foro > julio/06
EL ASUNTO DE LOS INFANTES DE LARA.
Un día tuve una historia, pero no tenía la foto. Ahora tengo la foto, pero ya no la historia.
Así que me veo en la necesidad, muy a mi pesar, de volver sobre mis pasos, de afrontar la incómoda tarea de desandar lo andado. Más incómoda aún cuando soy consciente de que si en un tiempo me quisieron las musas ¿?, ahora ni en pintura.
Con todo, la historia no era mía, sus mercedes la conocen de sobra....... A cazar va don Rodrigo y aún don Rodrigo de Lara con la gran siesta que hace arrimándose ha a un haya, maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada, que si a las manos le hubiese, que le sacaría el alma.

Prueba documentada y lapidada. .... yo sólo le puse el color de mi cristal, el que pretendo recuperar ahora.... si es que no he perdido, con musas o sin ellas, el sentido de la orientación y el del humor.
El señor estando en esto, Mudarrillo que asomaba:
-Dios te salve caballero, debajo la verde haya.
-Así haga a ti, escudero, buena sea tu llegada.

En un país siempre cainita, había hace mil años, y ahora, una ciudad llamada Salas. El jefe de la cábila, Gonzalo Gustios, había tenido, hasta entonces, siete hijos. En aquellos tiempos, se follaba desaforadamente porque no había tele ni nada que distrajese.
-Dígasme tú el caballero ¿cómo era la tu gracia?

Un mal día, los siete Infantes de Salas (o Lara que dicen otros) asistieron a la boda de una hermana de su padre, doña Lambra de Bureba. La novia, que era un putón verbenero, dio la nota ya en los propios festejos. Se dice, no hagan sus mercedes demasiado caso, que el asunto empezó con que si uno de Lara, que si uno de la Bureba, que si uno de Lara valía por cien de la Bureba..... y pamplinas por el estilo. Doña Lambra se ve que quiso probar por ella misma y..... la pillaron en el baño con un primo suyo. Y cuando digo “pillaron”, quiero decir que “la pillaron”. Uno de los siete Infantes, que fue el pillador, al modo de uno de los siete niños de Écija, paseó al primo follador por el filo de su gubia y allí se armó la de Dios es Cristo, pero en medieval. La de Bureba, enredadora como todas, quiso cargar el muerto..... o el polvo..... o las dos cosas, al de Salas. Y con la falda aún arremangá y el corpiño desaliñao se presentó ante su novio Ruy Velázquez, o lo que es lo mismo Don Rodrigo de Lara, clamando venganza y exigiendo justicia por tos los santos del cielo. Don Rodrigo, a aquellas horas, ya lucía más cornamenta que Islero, que saben sus forerías fue el toro que mató a Manolete.

-A mí me dicen Rodrigo y aún don Rodrigo de Lara, cuñado de Gonzalo Bustos, hermano de doña Sancha; por sobrinos me los hube los siente Infantes de Salas.
El cornudo, para complacer a su esposa –más le valiera tirarla al río- y lavar lo que quieran hubiera que lavar, se alió con los moros, gente malaje donde las haya, que ya ocupaban, como ahora, media España.

-Espero aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada; si delante lo tuviese, yo le sacaría el alma.
Del encuentro entre gente tan torcida (qué me recuerda a mí esto?), no podía resultar nada bueno. Y resultó que los huesos de Gonzalo Gustios dieron presos en una mazmorra de Córdoba y, lo que es peor, las cabezas de los siete Infantes, incómodamente separadas de sus troncos. El Gonzalo, ajeno a la suerte de los Infantes, aprovechó el rato de presidio para “evangelizar” a Zaida, hermana de Almanzor, y con tanto ardor abrazó la mora el tronco de la fe, que a los nueve meses parió a Mudarra, hermanastro de los descabezados Infantes.

-Si a ti te dicen Rodrigo y aún don Rodrigo de Lara, a mí Mudarra González, hijo de la Renegada, de Gonzalo Gustios hijo, y alnado de doña Sancha......
Pero como nunca la felicidad es completa y el malvado es malvado hasta su condenación eterna, visto que don Gonzalo vivía en la mazmorra como un guarro en un charco, Don Rodrigo no tuvo otra idea que enviarle, vía MRW, las cabezas de sus siete hijos, que a esas alturas ya tufaban pa espantar.
Tantas lágrimas derramó el preso, después de haber derramado tantas otras cosas sobre Zaida, que Almanzor, el Grande, le dio la libertad.

..... por hermanos me los hube los siete hermanos de Salas; tú los vendiste, traidor, en el val del Arabiana; más si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el alma.
Corrió el tiempo para todos excepto para la venganza, que no tiene fecha de caducidad. Mudarra se hizo hombre y Gonzalo Gustios anciano. El uno puso el brazo, el otro el motivo. Encontraron a Ruy Velázquez cuando se entregaba al sano vicio de la siesta.
-Espéreme, don Gonzalo, iré a tomar las mis armas.

Don Gonzalo, impasible, le miró como si en vez de su rostro vislumbrara su alma. Susurrando, casi una oración, se le oyó decir al tiempo se daba la vuelta y su mano apretaba breve, pero intensa, el antebrazo de Mudarra.
-El espera que tú diste a los infantes de Lara: Aquí morirás, traidor, Enemigo de doña Sancha.

Y allí mismito, debajo de la higuera (o era un haya?) Mudarra ensartó al traidor cual si fuese un pincho moruno.




Placa conmemorativa en la casa/prisión.
Entrada a la casa donde estuvo, preso y follador, allá por el año 974, Don Gonzalo Gustios.

La Conejera

Colgado en El Café del Foro > mayo/06
Saben sus mercedes que yo no pretendo enseñarles nada, pero encuentro gratificante sacudir la aridez de vuestros días, arar el barbecho empedernido de vuestro pensamiento y asomaros a los balcones a los que yo me asomo. Es el caso.

Sostenía mi maestro un consejo latino algo superfluo, si vis pacem para bellum, porque el hombre es por naturaleza peleón y para guerrear está siempre más o menos paratus. Y andaba en esta reflexión cuando, mañanita de sol, acudía al muelle de levante, lugar donde se encuentra amarrada La Conejera si no navega las aguas del mar de Alborán, escenario natural de sus correrías.


La Conejera, contra lo que pudiera parecerles, no es un rincón de mi cortijo, sino un patrullero tipo P-30 de la Armada Española en el que hizo la mili, cuando era obligatorio hacerla, el Bernardo, mi compadre. La misma que tienen en la foto, cobijada a la sombra de la Alcazaba. Y tenía yo interés en verla de cerca porque el Bernardo, mi compadre, cuenta y no para de sus andanzas marineras, a tal punto que más pareciese que había servido en el Juan Sebastián Elcano que en un buque ligero de 33 metros de eslora por 5 de manga, y con un calado de sólo 1.4 metros, lo que hace que el mar lo zarandee a modo a poco que se ponga farruco.
El tener la curiosidad, las intenciones –como diría el del corral- y conocidos de buena voluntad hasta debajo de la cama, puso mis pies esta mañana sobre la cubierta secante, papel de lija pa que me entiendan, del P-31. Cuando el Bernardo hizo la mili, esto es, cuando había que hacerla por cojones y porque así lo mandaban Don Francisco y la Santa Madre Iglesia, la dotación de La Conejera era de 15 hombres. 

Hoy, perdida la conciencia de Patria, del destino en lo universal, de arrimar el hombro y algunos papeles más, se han de apañar con sólo la mitad. Y aún con sólo la mitad, aquello parece mucha gente para tan poco barco. La relación hombre/espacio aparece maltrecha. Y si la sensación de intimidad es mínima para todos, la carencia se acentúa, o al menos eso imagino en mi rusticidad, en la única mujer que forma parte de la tripulación y que comparte camarote, baño, olores, ronquidos, bufidos y otras miserias de la condición humana, con el resto de la marinería. La que yo vi es voluntaria, pero me explicaron que también podría ser forzosa. A juzgar por su semblante, por su actitud, no lo llevaba mal en absoluto. De cualquier forma, tengo claro que para trabajar aquí es condición sine qua non que te guste mucho la mar, y si eres mujer...... aun más.


Lo primero que me sorprendió, porque fue lo primero que visite, es que la mitad del barco es máquina. No me engañaba el Bernardo. Los motores ocupan dos tercios del sollado del barco y, la sala de máquinas, motores a tope y navegando, debe semejarse en mucho a las calderas de Pedro Botero. Hasta tal punto el ruido y el calor son extremos en aquel compartimento que los hombres de máquina hacen su guardia en un camarote anexo que los separa, sólo un poquito, de aquella caldera. La cruz viene cuando, de vez en vez, hay que examinarla de proa a popa. Entonces, agarrados a los asideros como pulpos, caminando por un angosto pasillo, no es infrecuente que un golpe de mar los lance sobre la máquina que, prácticamente al rojo, les causa quemaduras de las que no matan, pero si duelen. 

Recorrida la sala de máquinas, agazapados como zamacucos por el estrecho pasillo central que separa los dos motores Diesel de 2.800 c.v., 25 nudos, llegamos al pañol, el último habitáculo del barco, que sirve como almacén, desván y cuarto de las ratas para marineros díscolos.
Ya volvía sobre mis pasos cuando reparé en una pequeña puerta circular, estanca, d’ esas que vemos en las pelis de submarinos, no más de 60 centímetros de diámetro, con la inscripción SERVO, situada en el panel trasero del pañol.
-¡Coño!, me dije, esto va a ser el servofreno del barco. Casi, casi. La angosta trampilla da acceso, y lo de acceso es un eufemismo, a un pequeño habitáculo, casi un escondrijo, donde caso de fallo en el sistema hidráulico de gobierno, tendrían que meterse tres hombres, a gatas, para desde allí manejar, a golpe de brazo por no decir algo más sonoro, el timón de la nave.

A fin de reponerme de la impresión que supuso para alguien pegado al terruño como yo la visión de lo anterior, tuvo la amabilidad el Comandante del patrullero de compartir conmigo su camarote, también mínimo, y en el que llamó mi atención una placa en la que se encuentra grabados los nombres de todos los Comandantes que tuvo el navío desde su botadura, y ya van unos cuantos.
Visitamos luego la sala del radiotelegrafista, que también hace de oficina, y que dado su tamaño puede hacer de una u otra cosa, pero no de las dos a la vez porque sólo tiene sitio para un hombre; el puente –a buen seguro lo más espacioso del barco- y la cocina, que dicho lo dicho ya podrán imaginar sus mercedes que no es la del Mesón del Alabardero. En este punto me explicaron que cuando el navío tenía su tripulación al completo, figuraban destinados dos “hosteleros” que cumplían la misión de dar de comer a sus compañeros.
Hoy comen gracias a que un Cabo 1º marinero, de forma voluntaria y altruista, y con más moral que el Alcoyano, desfoga su pasión culinaria en la pequeña cocinita de La Conejera.

Acabamos la visita en la cubierta de proa, sin duda el lugar más amable de la embarcación, junto a una AA Oerlikon de 1 20mm. convenientemente enfundada y que no habrá tenido que ser usada salvo para ejercicios rutinarios, en los 25 años de vida del barco.
Ea, por hoy ya he arao convenientemente el tedio de vuestro sábado. La imagen que les traje no es la imagen de un barquito. Es la imagen de 25 años de historia con otras muchas historias dentro. Y para mí, que hice la mili a lomos de mi arao por aquello de ser hijo único y con los pies planos, gente como el Bernardo merecen que me quite el sombrero aún a riesgo de escaparatear mi incipiente calva.
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la conejera
-La Conejera en los tiempos que atracaba en el muelle de levante del puerto de Almería; al fondo La Alcazaba.

NOTA DEL MAESTRO VIDRIERO:
La Conejera dejó de tener su atraque en el Puerto de Almería en Septiembre de 2006, no siendo sustituída por ningún otro navio.
En la mañana del 21 de febrero 2012, en el Arsenal Militar de Cartagena, se celebró el acto de transferencia a la Marina senegalesa de nuestro patrullero, después de que hubiera causado baja en la Armada española, en cumplimiento del acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros del 7 de octubre de 2011, por el que este buque y su gemelo “Dragonera” han sido vendidos por el precio simbólico de 100 euros cada uno a Senegal y Mozambique, para su dedicación a tareas de vigilancia marítima. Durante la travesía a Senegal, y para garantizar su llegada a destino en perfectas condiciones, la patrullera fue escoltada por otro buque de la Armada Española.