La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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30/5/07

Inmaduro's Gooffy Sport


El Inmaduro’s Gooffy Almería Sport 05 es el penúltimo trofeo de tenis que me he llevado a casa. Es un torneo, para amigos y menos amigos, que vengo teniendo la mala costumbre de ganar en los últimos cinco años. La organización ya va estando hasta los cojones de que siempre sea para el mismo, y cada año intentan ponérmelo un poco más difícil pero, en el país de los ciegos..... el tuerto es una lumbrera.

Este año, como arma novedosa, se me planteó, cochina y alevosamente, la guerra psicológica. El enemigo, avieso, pretendió el derrumbamiento previo, el debilitamiento anímico, pero hasta en eso son tuercebotas. Comenzaron a llegarme, a horas intempestivas, indecentes, tal como las 16 (siesta) y las 2’30 (coitus interruptus), sms y llamadas anónimas del tipo:



-Juanito, se t’ h’ acabao el chollo.
-Juanito, tienes un problema.
-Juanito, me cago en tus muertos.


A otras horas, no pasarían de ser divertidas anécdotas. Pero que te llamen a la hora de la siesta, para cualquier cosa que sea, es un sacrilegio merecedor de ser perseguido por la Inquisición o, lo que es lo mismo, por la Tabla Redonda, y el sacrílego condenado a la hoguera y ser chamuscado empezando por las patas.

Entre los rivales más notables de este año se encontraban un tenista revelación, un atleta depilado y un capitán de barco. Uno tras otro, y nunca mejor dicho, fueron mordiendo el polvo rojo del ladrillo.

Fijada la final para las 19 horas del pasado día 2, domingo, día del Señor, acudí a la cita con quince minutos de antelación, el tiempo de cambiarme y entrar a la pista. Para meterme miedo, mi rival llevaba ya 30 minutos calentando con un sparring.
Si yo calentara 30 minutos es evidente que terminaría requemado, así que suelo ir a lo práctico y caliento sobre la marcha. Además, como última añagaza psíquica, mi rival, 20 años más joven que yo, había acudido con todos sus amigos. Y todos sus amigos, de su misma edad, con todas sus esposas, también de su misma edad, y todas bueníiiiiiisimas y apetecibles.

Y ya saben sus mercedes que suele ocurrir cuando mezclo faldas y tenis...... ¡una debacle!. Así que para contraatacar, más chulo que un ocho, antes siquiera de saludar al adversario, desde el otro extremo de la pista y a grito pelao para que todos, TODAS, lo oyesen, dije: -¡Manolo! ¡pero..... ¿tú solo has venido?!

Esta mezcla de aseveración y pregunta no cayó nada bien en el graderío. Entre murmullos y cuchicheos oí que se me tachaba de chistoso, chulo, enterao, prepotente y viejo (no sé si verde).
Mientras, la farera, ..... miraba hacia otro lado.

Y del cruce de palabrería pasamos al cruce de bolas. Y fui soltando miedos y ganando puntos. Y en la grada parecí un poco menos chulo, menos enterao y menos viejo. Al final casi lo estropeo. En mi afán de revancha, de hacerles pagar las siestas escalabradas, me dirigí el respetable y, con muy mala sombra, pregunté: -Me dejarán participar cuando venga con la cayailla?

Pasado lo pasado nos fuimos a tomar juntos unas cervezas. Yo con ellos y ellas con ellas, asunto este que tendrá que mejorar la Organización.

Aquí me tienen, con el Gooffy Sport en las manos....... ¿Qué pasa? ¿no les gusta? ..... en mi club somos originales hasta pa eso.

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