La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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8/4/20

otra vez me lo ha vuelto a hacer

Me lo ha vuelto a hacer; el muy hijo de puta. La vez anterior fue en el mes de septiembre de 2017, justo el día en que se celebraba la corrida Goyesca de Ronda… lo recuerdo bien. El muy cabrón nos dejó tirados en una barranquera de Setenil de las Bodegas arruinándonos el día, la excursión, y la madre que lo parió. Fue como hoy, sin avisar, con traición y alevosía. Lo conté aquí mismo, allá por la fecha que señalo.

Esta mañana tocaba Mercadona; tiempos de encierro y cuarentena por el coronavirus. Ello ha contribuido a que mi sueño nocturno, ya de por sí endeble, se haya diluido hasta no existir; he pasado la noche en blanco. Y como una noche da para mucho, repasé mentalmente todos los supuestos, incluido el que ha terminado pasando.

El caso es que a las 9 en punto ya estaba en la cola del Mercadona en la que he pasado una hora de reloj, otra mientras hacía la compra y ya con toda la compra en el interior de Jack, me dispongo a volver a casa.

Que si quieres arroz, Catalina. Justamente lo mismo que aquel infausto día de septiembre de 2017. El ordenador de a bordo comenzó a decirme pamplinas y tonterías y el coche sin arrancar. Otra vez la batería. ¿Es posible que una batería dure sólo tres años escasos?

Llamé a mi hijo y se desplazó con su coche y unas pinzas desde 40 kms. para hacerme un apaño. Pero estos coches, al parecer… tampoco arrancan con las pinzas. O arrancan de una forma que en aquel momento desconocía. Así que tuve que trasladarle la compra –dos carros hasta arriba- de coche a coche y me hizo el favor de llevarla a mi trastero.

Llamé a mi taller de confianza, que debe estar cerrado pues no atendieron mi llamada. Luego llamé a asistencia en viaje y les conté lo que pasaba. Al momento me llamó el gruista, un tipo muy apañao que me sugirió traer una batería nueva y cambiarla in situ para evitar tener que trasladar el coche a ningún taller pues ningún taller está abierto. Así que eso hicimos; en veinte minutos lo tenía allí con la batería nueva y la disposición de cambiármela. Nada que no arreglen 120 euros de nada, que he tenido que apañar en un cajero al que me ha acompañado pues ni él tenía para cobrar con tarjeta ni yo dinero en metálico.

Malaje tiene; Jack, digo. Monto un circo y me crecen los enanos. O eso, o que es martes y santo.

200407b*

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