Antiguamente –no sé si se mantiene en la actualidad-, el Diario Sur de Málaga incluía entre sus páginas una sección que informaba a los lectores del movimiento en el puerto de la capital:
-12’05 entra la motonave Ciudad de Valencia, con pasaje y carga, procedente de Nador.
-13’25 sale el carguero Grillau, en lastre, con destino Tenerife.
Y así con todo lo que entraba o salía por la bocana del puerto.
Yo leía, siempre, aquella sección. Algo que puede parecer una estupidez a mí me encandilaba. Lo hacía tanto que aún hoy lo recuerdo. Era como una forma de realizar esos viajes que no podía permitirme y la imaginación consumaba agarrada a la rueda del timón de aquellos barcos.
No ocurre eso en mi ciudad a día de hoy.
Ni eso ni parecido. Es más, una especie de cortina de humo se tiende desde la Administración para alejar la actividad portuaria del mundo que la rodea.
El recinto del puerto ha sido transformado en una especie de burbuja en la que es imposible entrar si no mueves los resortes adecuados. Y aún así, cuesta entenderlo, te miran de manera sospechosa.
Supongo que es una miseria, otra más, de la modernidad. El miedo a un atentado terrorista, que alguien caiga a la dársena, se trompieze con un estay o lo aplaste un fardo desprendido de la grúa de Ronco y luego pidan indemnización millonaria, se llevó por delante el romanticismo de los paseos por el puerto. A tomar por culo la melancolía.
Por eso tiene más mérito la crónica de hoy.
Acceder a la plataforma y sus circunstancias, me ha llevado su tiempo.
Ahora, de coraje, por puritico desquite, lo traigo a La Vidriera.
Digo que el pasado día 23, con el ocaso, entró a puerto ayudada por cuatro remolcadores la plataforma Scarabeo 3. Se trata de una plataforma dedicada a la perforación del subsuelo marino para la extracción de combustibles o gas. Posee bandera de Madeira y pertenece a la empresa Saipem. Fue botada en 1975, tiene un calado de 12 metros y desplaza casi 13 mil toneladas. El motivo de la entrada a puerto no es sino una avería y mantenimiento que la mantendrán a nuestra vista -se ve casi desde toda la ciudad- por un periodo de dos meses aproximadamente. Viajaba desde Chipre a las Canarias cuando se vio obligada a interrumpir el viaje; lo cual le reportará al puerto de Almería unos buenos dividendos.
Mi contacto en el puerto está al tanto para avisarme cuando, nuevamente, se haga a la mar. Fotografiarla cuando esté abandonando la ciudad es un hito que tengo subrayado en mi agenda. Que es, casi, como la vuestra.
Dependiendo del estado de la mar, se desplace o esté inmóvil, esté perforando o no, los pilares de la plataforma pueden hundirse más o menos. Obra muerta, que se llama.
Es perfectamente visible la marca máxima del mar en estos pilares.
Asimismo pueden sus mercedes hacerse una idea del tamaño de la plataforma comparándolo con el portacontenedores que duerme a su sombra.
Esta fotografía la traigo como regalo de Año Nuevo; y para darle envidia a mi amigo Gatofrito. Está tomada el 3 de enero desde el alto de La Molineta, donde he subido con Julieta.
Podéis apreciar perfectamente El Melillero, que inicia su viaje, la Torre de Salvamento Marítimo, y a la derecha, sobresaliendo sobre las Murallas de Jairán, la torre central de la Scarabeo.
La Vidriera del Mairena
2/1/16
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