-Es esto suyo, maese Mairena, un confesionario.
-De ninguna manera, amigo Sancho. La confesión requiere el propósito de enmienda y el arrepentimiento.
-¿Un diario, quizás?
-Tampoco buen Sancho, un diario requiere objetividad en lo tratado, y estas páginas acaban sometidas a no herir la sensibilidad de lectores ocasionales o suscritos.
-¿Pues qué es este invento, don Mairena?
-Un desahogo, amigo Sancho… un desahogo.
La Vidriera del Mairena
22/10/15
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario