Luis Miguel nos servirá de maestro de ceremonias,
El domingo fue mi primera vez con Julieta.
Y fue como todas las primeras veces; una mezcla de pasión, deseo, misterio, cautela, sorpresa y deseos de quedar bien. Aún es pronto para saber si esto prosperará, que sólo estamos conociéndonos.
El caso es que para la cita contábamos con el viento, pero no con la niebla; la mañana amaneció cubierta de una bruma tan espesa que ríete tú de la londinense. A cambio el poniente, cuando dejó de ser una amenaza para convertirse en certeza, ya nos daba en la espalda.
Elegimos para la cita una ruta sin demasiadas exigencias. Casi cuarenta kilómetros, pero con firme decente y perfil sin sobresaltos. Justo los que nos llevan desde el puerto de Aguadulce a la Laguna de Cerrillos, ya en el parque natural Entinas-Sabinar. Y luego volver, claro. Precaución mínima si de evitar el gatillazo en la primera cita se trata.
Así, oyó por vez primera el golpear de las drizas sobre el palo de los veleros en el puerto deportivo, sintió el olor a yodo y a mar, atravesamos la niebla que cubría la Puerta Verde de Roquetas como quien se adentra en un mudo misterioso y, una vez que levantó, nos alegramos la vista ante las bañistas que paseaban –mira que cosa tan linda- los márgenes de nuestro camino.
Ya en el parque natural Entinas-Sabinar no podía faltar que le presentara la famosa Torre del Cerrillo, ante cuya derruida figura posó. Y ya de puestos, nos llegamos a los confines del mundo, al Charcón de los Flamencos, como firme promesa de los lugares que visitaremos.
Eso si, antes habrá que pasar por el taller. El plato delantero no desciende como debiera y a las bicicletas, como a las novias, no se les puede dejar de la mano.
Para curiosos:
Lo que ven no es el mar, sino una laguna interior, de las que se empleaban para extraer la sal en tiempos no muy lejanos. Esta en concreto es la Laguna de Cerrillos.
1.- Duna móvil
2.- Faro de Punta Entinas
3.- Flamencos
4.- Restos de la industria de la sal
5.- Alacranera, o Sosa Jabonera, planta endogámica del lugar, frecuente en los habitat de terrenos salados, con abundante humedad, salinas costeras, y lechos limosos de río y torrentes del interior. Como su propio nombre indica servía y sirve para... ¡coño! que me estoy transformando en modo wikipedia.
La Vidriera del Mairena
7/7/14
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