Decir que yo no tenía perro sería como decir que no tengo nietos. Porque Roberta, nuestra querida Rovi, era una nieta más. Hasta ayer, en que nos pintó de luto el ánimo a toda la familia. Tras dieciséis años de felicidad su pequeño cuerpo ya no pudo más y hubo que dormirla, en brazos de mi hijo… que vaya trago.
Celebro y quedará para siempre en mi memoria cada rato compartido, cada juego, cada caricia. Espero que estuviéramos a la altura, que se lo pasara bien con nosotros, que fuera feliz.
Descansa en paz, Roberta. Corre libre donde ya no hay dolor. Hasta siempre; esto es en tu memoria.
2 comentarios:
Hola Juan ,decirte que se lo que perder uno mas de la familia
Quizas este reunida ya con nuestra tambien perrita de nombre Bambina
que era la compañia inseparable de mi hija Maria del Carmen,
asi que te acompaño en el sentimiento
Un abrazo
Gracias, amigo.
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