Música para ambientar,
23 de febrero, jueves, san Policarpo. Podría hablarles esta mañana –fue mi primera intención- de esa madre que plantada ante los que mataron a su hija les llamó asesinos, cobardes e hijos de puta. O del porqué los estudiantes de Valencia, sin haber llegado aún la primavera, han tomado la calle por suya, cual Manolo Fraga cualquiera, ante la sonrisa condescendiente de la progresía tintada de rojo que no se atreve a enfrentarse a las duras porras de los antidisturbios.
Incluso podría contarles sobre el empate, en el último suspiro, de este Madrid de mis penas y alegrías. Pero todo ello suena a demagogia y, cabe suponer sin mucho esfuerzo, que terminaríamos antes en el enfrentamiento que en el consenso.
Así que he convenido hablarles del fin del mundo.
No sé si mi planteamiento terminará por acojonarles, o por hacerles reír; en cualquier caso, habremos pasado un buen rato, que de eso se trata.
Apunten esta fecha: 21 de diciembre de 2012, como quien dice, a la vuelta de la esquina.
Según el calendario maya, y los mayas pocas veces se han equivocado, este año no nos hará falta comprar lotería. No se llegará a celebrar el sorteo.
A los incrédulos les aconsejo viajar a Dresde, en la lejana Sajonia. Allí podrán contemplar, de primera mano, un antiquísimo códice que contiene la predicción milenaria y fija la fecha fatídica… 21 de diciembre de 2012.
Los expertos en la traducción de jeroglíficos han ido un poquito más allá. Señalan, sin lugar a la interpretación, que nuestra muerte común se producirá por ahogamiento. Todas las aguas del universo, y el universo es una jartá de grande, confluirán en nuestro pequeñito mundo y no se salvará ni el tato.
Así parece deducirse del mensaje de la deidad terrorífica del inframundo que, ataviada con una túnica negra y un búho majarón en la cabeza, se muestra en la acción de verter agua sobre esta humanidad pecadora que ha permitido que una madre tenga que enfrentarse a los asesinos de su hija, estudiantes que no estudian sean manipulados por los que estudian manipularnos a todos, y el Madrid no sea capaz de ganarle a un equipo ruso por mucho frío que haga.
Yo de ustedes, visto lo visto y oído lo oído, me pasaría a la acera del pecado. Siempre será mejor morir achicharrao que ajogao por inmersión.
Ustedes mismos.
Nome, guerrero maya.
La Vidriera del Mairena
23/2/12
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4 comentarios:
Amén maestro... amén...
Pues eso, si, amén!
Y mientras sigo esperando el relato de tu salida con Lagartija, con la niebla como compañera.............
Salu2
Ah, Dorita, las musas no acuden cuando yo quiero, sino cuando a ellas les da la gana. Hubo un tiempo, incluso, en que podía levantarles las faldas.
Ahora... es verme y echan a correr.
Las habras levantado las faldas demasiadas veces, que te tienen miedo ahora? Lo estoy viendo jajaja!
Bueno, esperaré, a ver si les entran ganas de asomarse. Cuidado, que no las asustas.
Salu2
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