Debe ser jodido que te dejen de madrugada.
Y si la madrugada es la de nochebuena, de un chungo añadido.
Pero así es la vida, un puro drama por cualquier lado que se mire.
Eso debía estar pensando Pablo, a quien su chica dejó descompuesto, aterido y sin novia al amanecer del día 25… fun… fun… fun…
Real como la vida misma; teoría y práctica de la soledad absoluta.
Sobre la mesa su copa de cerveza vacía. En el estómago, más vacío y un nudo difícil de digerir.
Frío glacial en el ambiente del amanecer, que no logra dominar a pesar del embozo, del cuello del chaquetón subido hasta las orejas.
Se hace pequeño el mediterráneo para que vague su mirada perdida.
Nunca más los besos con olor a Kenzo.
Nunca más caricias con sabor a portal, ni pasiones derramadas en el asiento trasero del Focus.
Y mientras la cabeza busca y rebusca, adormecida, el jarabe que calme el dolor del corazón, la mirada… que ironía, se clava en el grafitti dibujado sobre el malecón del paseo marítimo con lo que era hasta ayer; tú x siempre.
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