La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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10/1/11

teoría del frio relativo

Su merced, que es gente leída, conoce que la llamada teoría de la relatividad, formulada por el tío de los pelos ese, trata sobre los conceptos de tiempo y espacio en relación a posibles observadores. Su merced conocerá también, y si no ya se lo digo yo, que la precitada teoría no tiene efecto ni incidencia alguna sobre nuestra vida cotidiana. Dicho sea de otro modo, que conozca o no los principios de la relatividad esa, su vida transcurrirá absolutamente igual hasta que se acueste esta noche.

Planteado el necesario preámbulo, debo contarles que uno, que es macho hasta el aburrimiento, suele andar en moto tanto en verano como en invierno. Anoche, cuando me dirigía a mi club de tenis para jugar el partido de los miércoles, el termómetro exterior de la bosco-moto marcaba la friolera, y nunca mejor dicho, de siete grados centígrados.

Es aquí donde entra en juego la teoría preambulada. Porque no es lo mismo, a la vista del observador, siete grados en Sotillo del Rincón (Soria), que siete grados en el Cabo de Gata (Almería), y ello por mas que se le encrespen los pelos al Einstein relativo.

Allá por el paleolítico, cuando uno era joven y tenía una mata de pelo en el pecho y un rabo de metro y medio (siempre tieso, dicho sea de paso), campeaba por tierras de Soria y tal era su ardor guerrero que los hielos del Duero se fundían con sólo acercarme a su orilla. Pero ya, ah… cruel destino, no es lo mismo. Los siete grados de anoche son más que suficientes para fundirme los plomos y relativizar huevos de tigre en huevos de codorniz.

Para colmo de males, ayer decidí cortarme el pelo y uno siempre se lo corta a lo apache. Esto es, siempre termina pareciendo un indio. Un indio helado desde la planta de los pies a la tonsura clerical.
Resumiendo, que si en un tiempo cabalgaba el puerto de Piqueras aferrando la espada con el mismo vigor del Campeador, anoche era incapaz de sostener la raqueta con un mínimo de decencia. Y las dos circunstancias enmarcadas en el mismo contexto, siete cochinos grados de temperatura.

¿Entiende ahora su merced la relatividad de la circunstancia en relación al tiempo y al espacio?

No sé que coño sería de ustedes sin mí.

soria1

Documento histórico extraído de la hemeroteca de mi memoria. Al fondo, un R-8 de mi amigo Marcos y un R-5 de mi propiedad, dan fe que éh lo que éh.
El tiempo, todo lo descompone.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y ¿porqué precisamente tiene que nombrar a Sotillo del Rincón?
Sepa que de justo al lado, de Valdeavellano de Tera, salió hace unos meses ... un antepasado mío con un rebaño de ovejas.
Y no volvió. Ese si encontró a su Aisa