La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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6/9/25

Roberta, hasta siempre

Decir que yo no tenía perro sería como decir que no tengo nietos. Porque Roberta, nuestra querida Rovi, era una nieta más. Hasta ayer, en que nos pintó de luto el ánimo a toda la familia. Tras dieciséis años de felicidad su pequeño cuerpo ya no pudo más y hubo que dormirla, en brazos de mi hijo… que vaya trago.

Celebro y quedará para siempre en mi memoria cada rato compartido, cada juego, cada caricia. Espero que estuviéramos a la altura, que se lo pasara bien con nosotros, que fuera feliz. 

Descansa en paz, Roberta. Corre libre donde ya no hay dolor. Hasta siempre; esto es en tu memoria. 





4/9/25

el tobogán, otra vez

Dice un refrán que el gato escaldado del agua fría huye. Eso es así en todos sitios menos en mi pueblo, mi otro pueblo. 

Ya en julio de 2019 les conté en este mismo espacio sobre la instalación de un mega-tobogán que fue la envidia, y la chufla, de medio país y parte del extranjero. Pueden ir a ver aquello, que tuvo su miga.
Pues bien, han repetido, pero esta vez parece que con más tino y más mesura. 

Es raro, pero a veces, en algún lugar, a algún munícipe se le ocurre algo sino brillante, al menos divertido. Y encuentra el suficiente tiempo y los medios para hacerlo realidad, aunque los de la oposición lo pongan a caer de un burro; es la costumbre.

A este le debió parecer que bajar escaleras no debería ser tan aburrido. Y se inventó un ascensor minimalista. Ahora los vecinos tienen dos opciones; bajar con la dignidad que se les presupone o deslizarse con estilo y vértigo por el tubo plateado.

Los niños felices, los adultos tentados, y los abuelos mirando con cara de “ni se te ocurra”. A mí se me ocurrió, pero no estaba nadie para afearmelo. Miserias de pasear solo. 

Resultado esta vez: Una calle donde las sonrisas pesan más que la gravedad y las posibles preocupaciones se “deslizan” mejor.
Siempre, claro está, que no se te haya pasado la edad de jugar… y esa no tiene nada que ver, absolutamente nada, con lo que ponga en tu DNI. 

Pongamos que hablo de Estepona, claro.