El pasado domingo se convocó una concentración en mi ciudad para hacerse ver contra las políticas llevadas a cabo por el que a estas fechas es presidente interino del gobierno. Unas políticas que nos llevan al desmembramiento del país y que están haciendo una copia -y mala- de todo lo ocurrido en el año 1936; pero me voy a ahorrar tanto los insultos como las descalificaciones.
No era una convocatoria oficial, sino la de unos particulares anónimos y a través de las redes sociales.
En la Plaza del Ayuntamiento, ya no le llamo de la Constitución porque esta se encuentra seriamente amenazada, apenas nos concentramos unas mil personas. Y casi toda gente de mi edad, casi todos mayores de 50 años.
Sencillamente descorazonador. Ya parece claro que esto se va a romper. En mil pedazos. Otra vez. Pero todos parecen mirar hacia otro lado. La táctica del avestruz. Pareciera como si no fuera a pasar nada si creen que nada va a pasar.
Dónde están los jóvenes? Parece como si la cosa no fuese con ellos; y les va a pillar de lleno.
Dónde queda el concepto de Patria?
Dónde los valores que nuestros padres y abuelos nos enseñaron?
Por qué hemos permitido, otra vez, que esto pasara?
Ojalá que dentro de 10/15 años mis nietos, al leer este cristalito, pudieran decir: Se equivocaba mi abuelo… se equivocaba…
Nunca me alegraré más de haberme equivocado. Porque, a día de hoy, resuenan en mis oídos los versos de Machado:
Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios; una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
Padre, si te es posible… aleja de mí este cáliz.