La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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30/8/13

el culebrón del verano

El término “culebrón del verano” lo acuñó mi primo Alfonsito en el verano de 1963, cuando pasábamos unos días en casa de mi abuela, doña Concepción, de quien ya les he hablado otras veces.

Doña Concepción, con seis hijos a sus espaldas, tenía en nómina una caterva de nietos cuyos irresponsables padres no tenían otra ocurrencia, llegadas las calores estivales, que mandarlos a casa de la abuela para que desfogaran un poco mientras ellos se sacudían de tan molesta compaña. La abuela Concepción, que no era precisamente la abuela de verano que tan bien interpreta Rosa María Sardá, imponía la ley marcial en sus territorios como único medio de controlar a tanto incontrolado y era Parra, el ordenanza del abuelo, su más fiel lugarteniente para salvaguardar un mínimo de disciplina.

Fue en aquellos días cuando mi prima Conchi, otra Conchi, ocupó con alevosía la cabaña que con tanto esmero yo había construido en el patio cubierto. Fue cuando ante mis intenciones de desalojo corrió con el cuento a la abuela, que le concedió el usufructo de la cabaña con la única argumentación de que era "más chica", decisión aquella que me ocasionó trauma y dejó marcado para toda la vida. Fue entonces cuando la rabia y la impotencia llevó mi inocente y frágil brazo a coger una papa de un montón que allí se oreaba y tirársela a mi prima, con la desdicha que vino a impactarle en un ojo y el resultado de un hematoma que le duró días y a mí se me condenara al azote público y –lo que más me dolió- al derribo de la cabaña.

Maremoto de emociones que sólo se diluyó un poco, unos días mas tarde, cuando a otro de mis primos se le ocurrió colocar la diana de los dardos sobre la cabeza del tal Alfonsito –jugábamos a Guillermo Tell-, con el resultado que le clavaron el dardo en la coronilla –esta vez no fui yo- y Parra, el lugarteniente, hubo de correr en busca de una asistencia médica que en el lugar era prácticamente inexistente… la partera, y poco más.

En el juicio sumarísimo que siguió al caso, el autor de la fechoría alegó en su descargo que la prudencia había guiado siempre sus pasos. Colocó al portador de la diana de espaldas, y no de frente, con lo que se había evitado que el dardo se le clavara en un ojo, circunstancia esta por la que todos debían estarle muy agradecidos.

Bien, pues les decía que Alfonsito, en uno de sus guacabaud por la inmensa casona, vino diciendo haber visto una serpiente en el primero y más grande de los patios que se situaban tras el edificio. Nadie dejó de haber visto la enorme culebra… pero nadie la vio en realidad. Eso si, desde aquel día, todo el que entraba en el patio, Doña Concepción incluida, lo hacia girando repetidas veces sobre su eje –como los planetas-, con los ojos a punto de salirse de las órbitas y las piernas prietas y el culo apretao pa salir corriendo a las primeras de cambio. Aquello se recuerda, en la historia familiar, como el culebrón del verano.

Es lo que pasa ahora con la pantera de Almería. Todos la han visto, desde Adra a San José, pero a nadie se le ha ocurrido afotarla. Empezó siendo negra y ya va por rosa con mechas de pistacho. En el colmo del ridículo han tomado huellas y cagarrutas para analizarlas. Los vecinos de la zona primero se mosquearon… por si los acasos, pero luego andan ilusionados con ser el foco de la noticia, en lo que han desbancado al Bale ese… que dicen que va a venir al Madrid. Por el contrario, los civiles y los de protección civil están ya hasta los huevos de darle vueltas al monte. Nadie ha pensado –y si lo piensan no lo dicen, porque se chafa la historia- que si alguien hubiera perdido una pantera, lo primero en hacer sería denunciarlo; que una cosa es que te empapelen por no tenerla legalizada y otra por homicidio imprudente.

Pero… va… aquí estamos. Como no tenemos otras historias que contar, incendios no hay, trabajo tampoco, y la caló atosiga… pues nos inventamos la vaina esta de la pantera y estamos tos entretenios.

PANTERA-2

1 comentario:

Dorita/Alh. dijo...

Hola Maestro,las consecuencias de un 'golpe de caló' supongo jejeje
Por aquí, en Mijas, detectaron hace algunos meses un Cocodrilo, aunque eso si ; lo encontraron, ya muerto, no se si de hambre o de frio.
A ver si con la pantera también hay suerte (lo dudo) pa que los de protección civil pueden descansar!
Salu2