La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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23/11/15

el Convento de Caños Santos, un triángulo singular

Dedicado a mi amiga Dorita, la holandesa errante, que me puso en el camino de esta maravilla donde se dan la mano historia, naturaleza y soledad.

Completado, siquiera por ahora, el capítulo del Castillo de Carastas… que tropezamos en el camino, el siguiente paso era documentar nuestra visita al Monasterio de Caños Santos, allá en ninguna parte y más bien por donde cristo perdió los papeles –dixit doña Concha-.

Ponga en la mochila, si decide visitarlo, no tanto un buen GPS como buenas dosis de paciencia; las va a necesitar. Los indicadores, por su ausencia, no se lo pondrán facil.

Localización:
En mitad del campo, en algún punto entre Olvera y Alcalá del Valle.
Si no es especialmente hábil o es de los que se pierde en el pasillo de su casa, mi consejo es que se llegue hasta Alcalá del Valle, por la A-384 y la CA-9107. Allí aprovecha para tomar un café o un vino… con buen vino se anda el camino… y pregunte, pregunte, no se corte en preguntar. La gente, especialmente acogedora, le indicará el mejor modo.
Tenga presente que el camino que lleva al convento no está asfaltado.
Confíe en Dios.
O en la Virgen.
Ella le llevará hasta el lugar.
La edificación permanece oculta a los ojos del caminante hasta el momento en que descendiendo bruscamente por una ladera, se topará de bruces con el monasterio.

Yo por mi parte prometo que, la próxima vez que visite el paraje, anotaré las coordenadas del GPS.

Historia:
Esto es casi lo de siempre.
La imagen original habría sido tallada por los habitantes de una aldea visigoda, Cenosia, que la ocultaron para preservarla de la profanación de sus invasores. Allá por el año 1512, a un pastor llamado Tello Pascual se le pierde una vaca. Andando tras las huellas del animal llama su atención la luz que sale de una pequeña gruta. Allí, oculta en la oquedad rocosa de un manantial, encuentra la talla de una Virgen.
Puesto el hecho en conocimiento de las autoridades, civiles y religiosas, estas ordenan el traslado de la talla a la iglesia de Olvera. Misteriosamente, la talla desaparece y vuelve a aparecer en la gruta donde fue encontrada por el pastor. El hecho se repite hasta tres veces y ya no queda más remedio que hacerle caso a la Virgen.
En este lugar se construye una pequeña ermita que con el tiempo deviene en suntuosa iglesia y en un convento que, en su época de esplendor, llega a contar con 59 monjes franciscanos.
Posteriormente, en el año 1835, la imagen es trasladada al vecino pueblo de Cañete la Real que la adopta como Patrona y donde permanece desde entonces.
Así tenemos que el convento se encuentra situado en el término municipal de Olvera, es propiedad del ayuntamiento de Alcalá del Valle y la Virgen es la Patrona de Cañete la Real. Un triángulo inusual. A esto, los modernos, le llaman globalización.

La desamortización de Mendizábal dio la puntilla a la decadencia del convento, su abandono y su cuasi total destrucción.
Habíamos tocado fondo.

Curiosidades:
La talla original de la Virgen, la que encontró el pastor Tello Pascual, que ya se salvó por los pelos con ocasión de la invasión francesa, fue definitivamente destruida en el año 1936, en el desarrollo de la guerra incivil, lo que viene a demostrar que… lo pintemos como lo pintemos, no tenemos arreglo.
La actual data de 1941, fue tallada por suscripción popular y conserva una mano de la antigua reliquia.

Afortunadamente, en el año 1996 las ruinas del convento pasaron a engrosar el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz y se iniciaron los trabajos de restauración que, aún sin concluir, pueden hacer que miremos el conjunto de este edificación singular sin tener que abochornarnos.
De hecho se pretendía hacer en el entorno un hotel y un auditorio.

Desde el 30 de noviembre de 2001, fecha de su publicación en el BOE, el Monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural hecho que, no es que sirva para mucho, pero nos podría dar idea de lo que un día perdimos.

El Ayuntamiento de Olvera, pese a que el Monasterio se encuentra enclavado en su término municipal, permanece ajeno al asunto.
Los habitantes de Alcalá del Valle, cada 1º de mayo, organizan una romería al Convento, pero su Patrona es la Virgen del Valle, que nada tiene que ver con este lugar.
Los habitantes de Cañete la Real –me he puesto en contacto con su ayuntamiento- celebran la fiesta de su Patrona, la Virgen de Caños Santos, el tercer domingo de septiembre… pero no van al Monasterio. Si van en romería el tercer domingo de mayo, pero no llevan a la Virgen.

A fecha octubre de 2014, que es cuando se produce nuestra visita, el lugar nos parece no para tirar cohetes, pero si adecuadamente conservado y se observa un edificio de nueva planta adosado al convento. La iglesia permanece cerrada a cal y canto y su nave central –miramos por una rendija- tan desolada como abandonada, imposible para el culto.

Imaginamos… queremos imaginar… que poco a poco este emblemático lugar será puesto definitivamente en valor.

Caños Santos-1
bajada de acceso al Convento

Caños Santos-2
fachada principal

14caños-220
entrada a la cueva

14caños-121 -priv-
el viajero en una fuente aledaña

20/11/15

el Castillo de Carastas

Sólo gente tan vieja como uno conoce, de propia mano, que volver a recorrer los pasos de la infancia y la juventud te ayudan a conocerte como adulto, a completarte como puzzle de vida y a mejorar como persona. Es un hecho evidente.
En esas andaba en octubre de 2014 cuando vine a dar con las ruinas de un pequeño castillo situado sobre la cima de una loma, allá por donde el camino toma rumbo de Olvera a Campillos.
A los pies de la colina, y del castillo, un cortijo humilde y blanco con la ropa tendida a sus puertas; prueba evidente de vida.
Como el trazado de la carretera impide detenerse con seguridad a su altura, hube de aparcar unos cientos de metros más adelante y volver sobre mis pasos acompañado de Nikita.

Aquel guacabaud tenía como objetivo el Convento de Caños Santos y la falta de tiempo me impidió detenerme para hablar con sus piedras, así que me limité a fotografiarlo y a seguir camino.
Pero a partir de aquel día no había dejado de dar vueltas al molino tratando de averiguar más sobre sus piedras, su historia y su presente, que futuro… a raíz de lo visto, no parecía tener mucho.

Me costó dar hasta con su nombre. Al final llegué al conocimiento que se denominaba Castillo de Carastas, o de Ayamonte, o de Vallehermoso, que gloria no tendrá… pero nombres le sobran pa regalar. Y que había sido declarado Bien de Interés Cultural en el año 1985. Lo del BIC no es sino para espatarrarse de la risa, pues si así se cuidan los BIC’s no quieras saber que les espera a los que no tengan el título.

Bueno, pues a partir de aquí, pese a mis esfuerzos, el más completo erial.
Eso, hasta anoche.
Anoche mi amiga Dorita me dio conocimiento sobre un profundísimo trabajo realizado por un bloguero llamado Manuel en http://www.prehistoriadelsur.com y que despeja cualquier ansia de conocimiento sobre el dichoso castillito.

Así que no voy a incidir sobre lo que en ese estupendo trabajo se explicita de forma absolutamente magistral, pero les voy a resumir alguna de las curiosidades que lo rodean.

Como que desde el mismo se mantiene contacto visual directo con los castillos próximos de Olvera y de Pruna, circunstancia absolutamente necesaria en tiempos en que la comunicación no era otra que el mensajero.
Que fue tomado definitivamente para el cristiano en el año 1407, por tropas al mando de Don Pedro de Astúñiga. Y porque no decirlo, de forma un tanto irregular; a los moros les bastó con comprobar que el Castillo de Torre Alhaquime ya había sido conquistado por las tropas que les asediaban, y se cagaron la pata abajo.
Bajo la Torre del Homenaje se sitúa un importante aljibe, que garantizaba el agua a sus habitantes.
De aquellos tiempos a estos, la principal finalidad que cumplió el castillo fue la de redil de ganado. Ahora ni eso, pues la ruina se ha enseñoreado de sus piedras y lo único que podemos soñar, como BIC que se precie, es que estas mismas piedras no se las lleve cualquier indocumentado para construirse un chalet.

Pero les había contado que a pie de castillo había un cortijo. Un humilde cortijo. Pues bien, ya que don Manuel nos ganó por la mano furtándonos la gloria de la investigación castillera, nos hemos propuesto como siguiente objetivo entablar contacto con los moradores de la susodicha alquería a fin de, conocido su modo de vida, su quehacer cotidiano, sus alegrías y sus cuitas, el trabajo quede definitivamente completado.
Con eso y la ubicación GPS del castillo de Carastas, por si tienen a bien visitarlo, podremos cerrar la pamplina esta que nos ocupa.

En cuanto podamos.

Castillo de Carastas

E estando (61vC) así el Infante sobre Setenil, enbió a dezir a Pedro de Astúñiga, fijo primogénito heredero de Diego López de Astúñiga, justicia mayor del Rey, que estaua en Oluera, que fuese a Ayamonte, a ver si la podría tomar o hurtar; por quanto esta Oluera era suya, que la oviera en casamiento con su muger, que era hija de don Aluar Pérez de Guzmán, almirante que fue de Castilla e alguacil mayor de Seuilla.
E Ayamonte era çerca de la su villa de Oluera, e por ende Pedro de Astúñiga fuese a su villa, e de ay vino a Ayamonte; e quisiérala furtar, sino que no pudo, que los moros que ay estauan, con gran temor que avían del real del Infante, que estatua tan çerca, veláuanla e guardáuanla muy bien.

De la Crónica de Juan II de Castilla.- Alvar García de Santa María.

2/11/15

día de difuntos

Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!

Una de las miserias que nos trajo la modernidad fue quitarnos el lugar donde rezar a los muertos. Tiempo faltará –mira, ya están ahí- para que venga algún espabilao a decirnos que a los muertos se les reza desde el corazón.
Si… pero no.

A los muertos, de toda la vida de dios y llegadas estas fechas, se les rezaba a pie de tumba, cara a cara y con el respeto y recogimiento debidos. Hoy, cuando al setenta por ciento de los fallecidos se les incinera, y otro veinte por ciento se tira al río, es casi imposible echarse un muerto a la cara.
Es por eso que nos importamos de los USA de América la fiesta esta jilipuertas del Jalogüin. A falta de muertos reales, bien nos valían muertos impostados.
Y somos tan tontos, tan tontos tan tontos, que hay medidores de mercado que ya indican que la noche del Jalogüin las discotecas y salas de fiestas superan el aforo que hacen la de Año Viejo.

Pero como les venía diciendo, hemos perdido la cercanía de los muertos. Los cementerios, ustedes lo habrán visto, cada noviembre están más desangelados.
Uno, que como dice mi gente es un poquito raro, de siempre gustó en saber donde descansaban los restos de gente que le fue cercana, en la vida o en el corazón. Es por eso que una vez me recorrí calle por calle el cementerio de San Miguel del Cabo de Gata –pequeñito, es verdad-, hasta dar con la tumba de Manuel López (a) el Rabiate, que un día me puso en antecedentes de la historia que conté bajo el título de 20 de septiembre y cuyo protagonista llevaba el apodo de Rabiate en honor y memoria de aquel que la puso en mis manos.

También es la causa que hace unos días me plantara frente a la tumba de Leonor -13 años cuando don Antonio cortó su flor-, a la sombra de la iglesia de Santa María del Espino y del Monte de las Ánimas, para leer sobrecogido los versos que encabezan esta crónica. Uno de agosto de 1912, reza en la lápida, como ustedes pueden comprobar. Collioure queda más lejos; pero confío que, en un día como este, les sea dada la posibilidad de volver a darse un paseo de la mano allá por donde el Duero traza su curva de ballesta.

Les ha contado quien tiene dicho que sus cenizas sean esparcidas, a partes iguales, frente al mar del Cabo y en los olivos que rodean la ermita de la Virgen de los Remedios.
Esto no ha sido, lo habrán entendido, más que un ejercicio de romanticismo.

15soriaC (6)ph -priv-