La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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7/7/09

Santiago Heredia (a) el Gitano.

Lo voy a traer aquí como ejemplo de la dignificación del trabajo.
Por la simpatía y empatía que siento por las personas que le ponen al curro de cada día el cariño, la atención y la alegría que los ennoblece. Como ejemplo que el trabajo dignifica en si mismo, si el que se lo echa a la espalda lo hace con la suficiente dedicación y profesionalidad.
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Me tope con él, o quizás sería más acertado decir que se topó él conmigo, en una terraza de la plaza Bib Rambla, a la sombra de la catedral de Granada.
Tras hacerle ver que acostumbro a llevar mis zapatos como si de pasar revista se tratase, él me explicó, y me insistió, que ese era un detalle intrascendente a la hora de dirigirse a mí. Que allí lo que importaba, y que importaba mucho, era que él tenía un montón de bocas que alimentar y que con tal de ganarse el jornal, me limpiaba los zapatos, me cantaba por el palo que eligiese o me ponía al día sobre los chismorreos que corrían aquella mañana por las orillas del Darro.
Como a esas alturas, mi legítima ya tenía abierto el monedero, no quedó más remedio que optar por el deperdidosalrío y contratar, a la par de una limpieza que no necesitaba, un rato de charla amistosa, un par de cantes agitanaos y un sincero apretón de manos para la despedida.
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Ahí lo tienen, más chulo que un ocho y tan profesional como el que más.
Juan José Santiago Heredia (a) el Gitano, granaino del Albaicin, 40 años en el oficio y con las ganas y el interés del primer día.
El Gitano sabe, y siente, que es importante lo que hace. Será así mientras él quiera.
El Gitano no tiene hijos, pero su gitana –que no es lo mismo- tiene diez, a cual con más ganas de comer.
El Gitano trabaja once horas al día andando, maletín a cuestas y la sonrisa en la cara, el trayecto que hay entre el paseo de Los Tristes y la plaza Bib Rambla. Haga frío o calor. Tenga penas en su casa o no las tenga. Y, supongo, diez hijos dan para muchas alegrías pero también para muchos sinsabores.
Ocho euros, y la voluntad, son diez euros calculados. Mil seiscientas sesenta y cuatro pelas de vellón... ahí es ná; que el señor Heredia hace bien su trabajo, pero no lo regala... ¡hasta ahí podríamos llegar!.
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Traigo aquí al Gitano como muestra de respeto, tontería esta de la que no pueden presumir otros “profesionales” -y lo de profesionales lo escribo con mucha ironía- que tienen colgado en su despacho, o en su casa, un diploma que acredita lo listos que son.
Don Juan José Santiago, a mi modo de ver las cosas, es un profesional como la copa de un pino y dignifica, por si mismo, la profesión que ha elegido… o que le eligieron.
Cuanta diferencia con otros que, creyéndose mejores (si serán estúpidos), no saben hacer la o con un canuto.
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elgitano

1/7/09

Velefique 09 > La espantá...

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DSC_0185 ... del Capitán Pedales > DSC_0069

Un año más, me invitaron los locos esos del Tikitaka para subir al alto de Velefique.
Subir y bajar, claro, que una vez en la cima no puede uno quedarse arriba.
La cita era el 28 de junio, cuando menog caló jase.
No acabo yo de entender el afán de los cicleros en triscar montes, cuanto más empinaos mejor, conocidas las excelencias turísticas que presentan rutas como las de Almería al Cabo, o a Las Salinas de Roquetas, donde a lo llano del terreno y a la compañía de la brisa del mar, se une la alegría para los ojos que supone una playa llena de bikinis.

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> la cita era a las nueve.

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Se lo consulté a la Peregrina, que me dijo, sin complejos, que allí iban a subir mis santos cojones. Que aún le dolían los pedales de lo del año pasado. Cada día se vuelve más lenguaraz y grosera. Será por vieja.
Se lo consulté a la Nikón, que me dijo que bueno… que siempre que la llevara a cuestas.

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> afilando pedales.

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Así que esta vez, abandonao de la Peregrina, oficie de intrépido reportero en zona de conflicto bélico, al acecho y vigilia de algún ciclista espachurrao, cosa de la que, a dios gracias, no tuvimos noticias.

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> tribus.

¿Saben sus mercedes quién fue Sidi Abuh Ishaq Ibrahim?
Pues si en lugar de subir y bajar trochas a lomos de una bicicleta, se sentaran a charlar con los lugareños, llegarían al conocimiento que fue el primer velefiqueño en salir en los papeles, en hacer hablar de su pueblo. Y sin bicicleta. Poeta y santón del Islam, quizás uno de los beréberes refugiados de la reina Kahima, ya se ocupó el buen hombre allá por el siglo VIII, que Velefique empezara a ser conocido allende el cerro del Portillo o el desierto de Tabernas.

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Les cuento esto por mitigar, en lo posible, la aridez de tanta bicicleta junta. Ciento setenta y cinco, según los organizadores. Organizadores que, esta vez si, ya tenían preparado un plan B para el acaso de que algún ciclista se descalabrara, más bajando que subiendo, en los barrancos de los Filabres.

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> aire puro, puro estilo, puro músculo, pura cuesta... pa que nos vamos a engañar.

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Lo que no varió la organización fue el eufemismo ese de “bajada técnica”, que tanta sorpresa me causó el año pasado y tanta gracia me hizo este. Bajada cabrona, deberían llamarle, y así ningún confiado pedalero se llamaría a engaño.
Y es que, el arroz de después, sabe mucho mejor cuando se conservan todos los dientes.


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> bajada técnica-1

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> bajada técnica-2

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> bajada técnica-3

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También eche en falta el toque femenino. El pirata Miguelón me contaba –y yo que lo vi con estos ojitos- que Belén, que cerraba mi última crónica Cabogatera, se encuentra en estado de buena esperanza y que por ello había cambiado la bicicleta por la mesa de jueces. Acertada y obligada decisión. También me decía Miguelón, alma mater del invento este, que había otras dos chicas. Una de ellas, a la que se había entregado el trofeo a la ciclera más veterana, se había desplazado desde la manchega Ciudad Real atraída por el reclamo que supuso esta misma crónica el año pasado. Y ya tiene mérito… que Ciudad Real no está Pechina. Me habría gustado conocerla. Me habría gustado traerla aquí. Una crónica del Maestro Vidriero sin que aparezca una mujer por algún lado, en primera persona, desmerece un montón.

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> bajada técnica-4... o, éste si que sabe.

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> bajada técnica-5

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> consecuencia lógica de andar haciendo bajadas técnicas.

Así que este año, a falta de experiencias propiamente cicleras, les voy a dejar mis fotografías que, al fin y al cabo, es para lo que me llamaron.

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> teoría del esfuerzo - 1ª y 2ª parte

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Resumamos que fue un disfrute. Disfrutamos de la bicicleta, del paisaje, de la ruta, de los amigos, del arroz del maestro Antonio Gazquez y de la innegable hospitalidad de los vecinos de Velefique. Mi enhorabuena a José Antonio Ibañez, que llegó el primero, en poco más de dos horas. Y a José Antonio Hernández, que llegó el último (éste echó el día). Porque aquí tiene mérito llegar, aunque sea el último; y más mérito si llegas con todos los huesos en su sitio y la bicicleta de una pieza.

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> esperando a los niños de las bicicletas.

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> esperando el arroz del maestro Antonio Gázquez.


A mí, esperadme el año que viene... si ustedes quieren y puede ser.

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NOTA DEL MAESTRO VIDRIERO: Si cualquier persona reflejada en este reportaje -recogidas a puro azar- desea apearse del mismo, sólo tiene que hacermelo llegar a través de cualquier componente del club Tikitaka.

Como siempre, se agradecen comentarios.