La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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27/4/12

Domingo Leiva

Un guiño en el rumbo de mi galera me permitió, el otro día, conocer a un genio de la fotografía. Mejor que contarles yo quien es Domingo Leiva, sería que su merced se diera un paseo por su página web

http://dleiva.com/

que sin duda le describirá mejor de lo que yo nunca podría hacerlo. Si acaso añadir, a su trayectoria profesional, su calidez humana y su cercanía.
El asunto es que el maestro necesitaba un punto de apoyo para mover el mundo y mi empresa estaba en condiciones de prestárselo; a través de mí que me ofrecí voluntario.

Siempre he dicho, y lo mantengo, que si estás cerca de estos gurús, aunque sea para llevarles la maleta o el botijo, terminas aprendiendo algo. Y yo aprendí algunas cosas a cambio de prestarle un chaquetón, pues el maestro se había presentado en mangas de camisa y el lugar, y la hora, aconsejaban un mucho más de abrigo.
Así que tuve el privilegio, encaramado a la lámpara del quirófano, de contemplar como el cirujano operaba. En su amabilidad, el artista pretendió hacerme partícipe de algunos de sus métodos de trabajo pero… pero… yo no estaba a su altura; como si me hablara en chino. Dicho en otras palabras, él jugaba a Messi o Cristiano y yo en el equipo de veteranos de mi barrio. Un veterano, por otro lado, a quien le cuesta dios y ayuda –si es que lo hace- leer el manual de la cámara.

Me aseguraba Domingo Leiva que avanzar en la técnica me permitiría divertirme más con la fotografía. Por una vez discreparé de la opinión del experto. No puedo estar de acuerdo con ella porque si bien es verdad que Cristiano juega la Champions y el de mi barrio la liga de veteranos, a la hora de divertirse, lo que se llama divertirse, no me atrevo a decir cual de los dos lo hace más. Como poco, uno lo dejaría en un discreto empate.

El monstruo de la imagen se llevó en las entrañas de su Nikon lo que venía a captar y yo, desde ayer tarde, lo tengo como el contacto más afamado y prestigioso de mi página de Flickr. Esa en la que sólo juego la liga de veteranos.
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24/4/12

el Wind Surf

miércoles, 19 de abril de 2012
Me llamó la atención, a gritos, la arboladura de sus cinco palos sobresaliendo sobre los edificios cercanos al puerto. Así que, esa misma tarde, tirando de los hilos que me permiten entrar donde no se puede entrar, tuve la ocasión de apuntar el objetivo de Nikita sobre su amura de estribor.
Majestuoso, anclado en su magnificencia sobre el muelle de levante del puerto de Almería, el Wind Surf esperaba el ocaso para hacerse a la mar.

De la compañía WindStars y bandera holandesa, el Wind Surf es un crucero un tanto atípico. Atípico porque su propulsión natural es el viento, y no el petróleo. Cinco hermosos mástiles sostienen las velas que, operadas por ordenador, impulsan el barco. El Wind Surf fue botado en 1990 y el pasado año sufrió su última revisión. Registra 188 metros de eslora, 21 de manga y posee siete cubiertas. El puente de mando está abierto a los pasajeros, por lo que cualquiera de ellos puede visitarlo durante las travesías.
Puede alojar unos 300 pasajeros y 160 personas componen su tripulación.
A título de curiosidad puedo indicarles que en su cubierta se ha celebrado más de una boda, pero que no tiene capilla. Y que si bien la naviera le ofrece la posibilidad de pasear en bici en las escalas (40 dólares medio día), no puede jugar al tenis porque el barco no tiene pista para este menester (ni siquiera de padel). Esta es la razón, y no otra, de que mi primo y yo hayamos desistido de hacer un crucero en el barquito. Eso y los 1700 euros de media por crucero de nueve días.

Vista la mala mar que ayer había en Almería –pueden fijarse en el oleaje en el interior del puerto- un propio de la torre de control nos sopló que en cuanto el Wind-Surf zarpase el puerto se cerraría a la navegación.

 -¿Pero va a zarpar con esta mar?, pregunté ignorante.
 -No problem, me contestaron, el Wind-Surf tiene la suficiente eslora y calado como para navegar con menos problemas que cualquier crucero convencional. 
-Doblará el Cabo antes de que sirvan la cena y el oleaje sólo será un acune para el sueño, añadió el Capitán Marsopas.

Sólo quedaba recoger los avíos, dar las gracias, y volver al huracán del viento de poniente.