La Vidriera del Mairena


-Dios tolera lo intolerable; es irresponsable e inconsecuente.
No es un caballero.
(Don Jaime de Astarloa. El maestro de esgrima.)

-Escribir es meterse en charcos.
(Juan de Mairena.- Maestro Vidriero).


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27/1/10

Si madrugan los arqueros.

Cuando yo era un crío, fíjate si ha llovido, pertenecía a la OJE o, lo que es lo mismo, Organización Juvenil Española.

Y pertenecía a ese club porque en mi pueblo, o eras de la OJE o no tenías posibilidad alguna de practicar las actividades deportivas que a uno, desde chiquitillo, le han gustado más que a las vacas la leche. Con todo, echando la vista atrás, muy atrás, tampoco tengo memoria de que en ese lugar me inculcaran cosa alguna de la que ahora reniegue. Es más, volvería a pertenecer al club; algo muy alejado de los idearios políticos, de los brazos en alto y de las corrientes ideológicas de uno u otro color. Más bien un grupo de amigos reunidos para pasarselo bien.

Les cuento esto, en esta mañana de miércoles avito porque esta noche he tenido un sueño. He soñado que salía de acampada. Y que al alba entre los pinares, volvía a cantar, hombro con hombro, el “si madrugan los arqueros”. Y lo que es la memoria, me he levantado tarareando, estrofa por estrofa, una canción que no oía desde hace más de treinta años.

-Si madrugan los arqueros, dios ayuda a los arqueros.

Cuando me retiré del club, por imperativos de la vida, yo era arquero. En la OJE había flechas, arqueros, cadetes… ahí me pierdo en el escalafón.
Anoche, antes del jesusito de mi vida, buscando en el arcón de las emociones perdidas, en el desván donde cuelgan marcialmente ordenadas las telarañas de mis vivencias, encontré mi carné de asociado. En el reverso una Promesa, una especie de decálogo de conducta… “afirmar la libertad en cada hombre, sometiendo la mía al imperio de la norma justa y al respeto a mis superiores”. Lenguaje ininteligible no sólo en los límites de la generación nini, de la que los medios de comunicación nos hablan estos días, sino de la tribu de pijos que un día si y otro también me refriegan por la cara la bandera de la progresía…. tócate los cojones.

-Es mi Tizona la tienda donde habito, mi Rocinante es el viento en el pinar.

Ese niño con cara de papa es el mismo que les escribe hoy.
Sin renegar de lo que fui y de lo que soy, quiero pensar que mi brazo –cuarenta años después- sigue extendido para quien lo necesite sin entender de colores.
Vale quien sirve, que decíamos.

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Ah, y para quien quiera cantar conmigo; mi santo y seña la letra de mi estilo, mi Dulcinea es el alba sobre el mar.


20/1/10

Guacabaud y rock and rock.

O tesis fantasiosa para construir un castillo con dos piedras y cuatro palos.

Huyendo de la amenaza de un martes germánico, tracé el rumbo de la mañana en la tangente de un tango desgarrado. Sin embargo, la mañana siguió sonando en banda sonora de rock and rock miguelico –llenaros con un soplo de rock que desaloje los fantasmas cotidianos- o de rumba de Gypsi Kings –por el camino del desierto el viento me despeina-.

Con esta perspectiva, asido con fuerza el manillar de Lagartija, puse derrota al ignoto poniente, allá por donde se pone el sol, definido en la bitácora el punto de latitud “vetetúasaber”, o la torre del Cerrillo como lugar donde rendir viaje.

No estuvo de más encomendar mis pasos a la Virgen de los Vientos.
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Anduve primero sendas solitarias.e24

Luego la senda de los paquidermos.e3

De los olvidados.
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De los más chulos del barrio.e12

La fauna del lugar, ajena a mi periplo, divertíase con peligrosos y originales juegos.e4

Dejada atrás la civilizacióne6

hube de recorrer terrenos inexplorados, pantanosos,e7 …. e8

Los cocodrilos intentaron comermee1

Un mono prosaico les rio la gracia y pasaba el gorro a los asistentese2

que impávidos, adormecidos por el sol, haciendo calceta mental y física, se limitaron a mirarme con curiosidad insana.e21

Muchas pedaladas más allá, se atisbó la torre hercúlea en el horizonte.e9

El astro rey no cesaba en su empeño de atormentar a los intrépidos exploradores que se aventuraban en tan peligrosa ruta.e10

El camino se volvió tenebroso océanoe11

poblado por fantasmagóricos serese22

A pesar de ellos, arribada la meta, llegado al vértice geodésico fijado en el GPS, se me advirtió seriamente, bajo pena de ley, que no lo moviera de lugar y, mucho menos que lo llevara a mi casa.e14

La torre de la película,e15

con extrañas inscripciones en sus milenarias piedras,e16

resultó un poco chunga por abajoe17

Y por arribae18

Para el próximo viaje, en la adyacente aventura, medito seriamente cambiar de medio de transporte.e23

Moraleja: Todo es posible con un poco de imaginación y una mañana por delante.