El día 3 de junio me abstuve de ver el partido para no sobresaltar en demasía mi maltrecho y blanco corazón.
Pero al día siguiente, de Ciudad Real a Sevilla, paramos en Puertollano a comprar el Marca y celebrarlo mientras nos desayunábamos una de churros.
Eso sí, dixit doña Concha, cada uno lo celebra con los suyos… Dios los cría…

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